Capítulo 9

112 42 0
                                    

Siento mi cuerpo cansado, siento como una gota de sudor baja por mi frente hacia mi cuello, siento la opresión de un peso sobre mí, es molesto, el estómago me arde de una manera impresionante, duele.

Intento abrir mis ojos, pero mis párpados pesan, cuando por fin logro abrir la luz que entra por la ventana es directo en los ojos y tal claridad me hace volver a cerrarlos involuntariamente.

Hago un tercer intento y logro acostumbrarme a la luz, escaneo la habitación en la que me encuentro, no es la mía, al ver hacia un lado entiendo el calor que sentía y la presión, Isa tiene su brazo y su pesada pierna encima de mí.

Río al ver su cara, tiene la boca abierta y un hilo de baba saliendo de esta. Intento apartase su brazo y pierna con sutileza, pero esta aferrada con fuerza, aparto su brazo con mucho esfuerzo faltando solo su pierna, intento varias veces sin lograrlo, hasta que al final la quito de un golpe molesta.

Hasta dormida es irritante, por el movimiento brusco se levanta asustada con su cabello alborotado.

—¿Que paso? ¿Dónde estamos? —Pregunta adormilada. Me río a carcajada suelta por la imagen que me muestra-

—Estamos en casa de Jorge Isa, y ya es hora de levantarse —Explico recordando todo el día de ayer. Ella suspira triste

—Por un momento pensé que lo de ayer solo fue una pesadilla.

—Ojalá, pero fue real —Menciono con tristeza—. Pero al menos ya todo está bien —La intento consolar.

Ella me queda mirando pensativa y asiente.

—Solo no entiendo Nela ¿Por qué discutieron así? —Pregunta

—Me preguntó lo mismo Isa, por más que lo pienso no logro entender todo estaba tan bien —Confieso.

Papá ya llevaba un mes con nosotras y aunque no era mucho tiempo, nos estábamos acostumbrando a su estadía, mama a la siguiente semana de su llegada se llevaba mejor con él, al menos ya le dirigía la palabra y hasta bromeaban.

Supongo todo fue una ilusión.

Papá cada noche nos contaba de sus viajes de negocios, nos mostraba fotos de sus aventuras por distintos países, incluso una noche nos habló de su otra familia.

Al parecer Isa y yo tenemos dos medios hermanos, un chico de la misma edad que yo, llamado Josué y una niña de 6 años llamada Lucia, ambos viven en México con su madre Carlota, nos mostró unas fotografías de ellos, y aunque en medio de la inocencia quisimos saber más sobre ellos, papa no acoto nada más sobre el asunto ni lo volvió a mencionar después de esa noche.

No entendía porque, pero una noche hable con Más y me dijo algo que de lo que no me había percatado, que para mi padre hablar sobre su amante y sus hijos ilegítimos no ha de ser fácil, y mucho menos bajo el techo de mama, la mujer que traicionó.

Esa noche por primera vez en todo el tiempo que llevo conociendo a Max, discutimos por esa palabra tan despectiva, ilegítimos.

Aunque no justificó el comportamiento desvergonzado de mi padre, esos chicos no tienen la culpa, no debería nadie referirse de manera despectiva de ellos, son mis hermanos y aunque no los conozco los aprecios, el simple hecho de saber que son mis hermanos hace que ocupen un lugar en mi corazón, aunque claro nunca será como Isa puesto que ella lo ocupa casi todo.

—Volvimos a ser una familia Nela, de nuevo —Dice triste—. Pero duro muy poco —baja su cabeza con tristeza.

Una familia por un mes, no entiendo que fue lo que paso. Escuchamos risas en la puerta y nos miramos extrañadas, luego caemos en cuenta que pueden ser los gemelos.

Friends. Toma decisiones que te hagan crecer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora