capitulo 14

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28 Julio de 2017

Camino por el pasillo del instituto en calma, tomándome mi tiempo en cada paso, la melancolía desprende en cada uno de los estudiantes de último año incluyéndome.

Observo como algunos van cargando cajas con lo que supongo son pertenencias que guardan en el instituto, otros abrazan a sus amigos con tristeza porque tomaran caminos diferentes.

Llegó al salón y observó mi acostumbrado puesto en el que me refugie por dos años con tristeza, detallo un poco más y sobre este se encuentran una caja pequeña con un envoltorio rosa atado en un bonito lazo.

La tomo entre mis manos y la detalló con curiosidad, paseo la vista en busca del dueño o dueña, pero todos están ensimismados en sus asuntos, como siempre soy invisible.

—¡Sorpresa! —Grita Valentina con euforia espantándome por completo haciendo que la caja se reblara de mis manos.

Cierro mis ojos, coloco la mano en mi pecho y respiro.

—¡Me has espantado Valentina! —Me quejo mirándola mal.

Ella me mira sonriente.

—Lo siento —Se disculpa apenada sin abandonar su semblante alegre—. ¿Te ha gustado mi regalo? —Pregunta

Levanto la bonita caja del suelo a donde ha ido a parar por el altercado y la agito en el aire frente a ella mostrándole que aún no la he abierto.

Al abrirla y observar su contenido, mis ojos sin poder evitarlo se humedecen, volteo a verla conmovida y ella me ofrece una sonrisa cálida, sin pensarlo me lanzó a sus brazos y ella me recibe gustosa.

—Te voy a extrañar mucho Val —Susurro sin romper el abrazo, me abraza con fuerza.

—Yo mucho más Nela, lamento el tiempo que perdimos enojadas porque nos restó momentos juntas para recordar.

Me separo y la observó con decisión.

—Deja de lamentar lo que no fue, atesoremos lo que, si fue y lo que será, porque si de algo estoy segura ahora es que no importa a donde vayas siempre seremos amigas Valentina —Aseguro con firmeza.

Ella limpia sus lágrimas rápidamente con su mano y asiente.

—Sabia Nela, me harán falta tus palabras cargadas de sabiduría.

—¿Quieres ir a la cafetería? —Ofrezco repentinamente dando por zanjada las palabras de despedida que tanto dolor causan.

Coloco la cadenita dorada con dije de girasol, que me ha dado Val en la cajita de nuevo y guardó la caja en mi mochila, tomo la mamo de Val y juntas no dirigimos a la cafetería del instituto.

Una vez en la cafetería yo me ocupo en buscar una mesa y Val de buscar algo que comer, encuentro una alejada de los pocos estudiantes presentes en una esquina de la cafetería y sonrió orgullosa, es perfecta.

Tomo asiento en espera de mi amiga, observó la cafetería con atención, es algo pequeña, las sillas y mesas son plásticas en color blanco y algunas en negro, las paredes son blancas al igual que las de toda la escuela, en una de las esquinas tomando casi todo el espacio de la pared se encuentra un pizarrón con el menú de la semana, no tan variado, pero con lo necesario para alimentar a los estudiantes.

La cafetería hoy a diferencia de todos esos días en los que no quería ni entrar se encuentra algo desolada puesto que es el último día de clases, la mayoría de los estudiantes se encuentran despidiéndose de su grupo de amigos, recogiendo sus pertenencias o los desdichados que les falta nota para pasar rogándole a los profesores por algo de misericordia.

Friends. Toma decisiones que te hagan crecer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora