Diciembre de 2015
El timbre de la última clase es la mejor música que mis oídos han escuchado el día de hoy, no solo porque es el último de este día, sino porque es el último de este año, dando la bienvenida a las vacaciones de invierno.
Amo las vacaciones, en serio, no es que no me guste estudiar de hecho me encanta, sino porque en ellas puedo pasar mucho más tiempo de calidad con mamá puesto que la editorial se lo permite, sobre todo en diciembre.
Recojo mis cosas rápidamente y salgo de clases, al hacerlo veo a Val con sus nuevas amigas riendo de algo desconocido para mí y que carece de mi interés, paso por su lado sin prestarles mucha atención, al salir al estacionamiento diviso a Jorge esperándome.
Apresuro mi paso, en verdad quiero llegar a casa sobre todo porque Max llega hoy y quiero verme, aunque sea decente para cuando llegue.
—Hola Jorge —Saludo al entrar al auto—, vámonos rápido de esta cárcel —bromeo y él sonríe.
—Hola Nelita —sonríe—. Ya mismo piso el acelerador mi niña —Sigue mi broma y ambos reímos.
Como quiero a ese hombre, nos ha llevado y traído de la escuela a mi hermana y a mi desde que tengo memoria, diría que es como un padre para nosotras pero por su edad es más como un abuelo, es un hombre algo mayor de unos 58 años, mamá intento jubilarlo hace un par de años pero se negó rotundamente, además de que necesita el empleo para mantener a sus nietos Antonio y Santiago, son unos niños increíbles, ambos tienen 11 años son tres años menor que Isa los conocemos porque los ha traído un par de veces cuando no consigue con quien dejarlos.
Es muy triste su historia, sus padres murieron en un accidente automovilístico cuando ellos tenían apenas 8 años, en ese entonces Jorge ya tenía varios años trabajando con nosotros. Y claro papá y mamá estaban juntos, de hecho, fue mi padre quien lo contrato en ese entonces, ya luego cuando se divorciaron Jorge se quedó con nosotros a ordenes de mi padre. Quizás esa sea una de las razones por la que lo quiero tanto, porque me recuerda a papá, no a el de ahora, no, sino al padre de mis recuerdos, ese que siempre estaba conmigo, me consentía y me hacía sonreír.
Salgo de mis cavilaciones al oír la puerta del auto, me doy cuenta que estuve un buen rato perdida en mi mente al ver a Isa sentada junto a mí.
— ¡Ahhhhh! —Grita nada más sentarse—. Al fin vacaciones.
—Hola para ti también Isabella —Digo molesta, que mala costumbre de gritar por todo.
-Disculpa —Responde—. ¿Qué tal tu día ermitaño? —Pregunta con una sonrisa cínica
La miro mal— Estuvo bien, calmado, a decir verdad, hasta que llegaste tú —Respondo cansada.
—Claro llegue yo a darle alegría a tu vida, como todos los días —Sonríe.
Niego con la cabeza, y me coloco mis audífonos ignorándola lo que resta del viaje a casa.
Al llegar a casa quito mis audífonos y bajo del coche junto con Isa, nos despedimos de Jorge y entramos en casa, al entrar se percibe un aroma a comida delicioso este hace que Isa y yo intercambiemos una mirada sabiendo lo que este olor significa.
Mamá está en casa.
****
Observo detenidamente mi closet por milésima vez y definitivamente no hay nada allí que me guste o que por lo menos este acto para poder ver a Max, cada prenda me parece horrible y me hacen reflexionar en el motivo que me llevo a comprarla, llegando a la conclusión de que tengo un pésimo gusto.
—Pantalones, tus converse y una camisa básica —Comenta Isa entrando repentinamente a mi habitación.
—¿Como sabes que no sé qué ponerme? —Pregunto curiosa—. Además, eso es muy sencillo.
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Friends. Toma decisiones que te hagan crecer.
Teen FictionAnthonela Torres tiene miedo de enamorarse y sufrir, sin embargo,termina enamorándose de su mejor amigo Max quien con el pasar del tiempo le enseña una importante lección: Que amar puede doler pero vale la pena y que debemos tomar decisiones que nos...