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En su habitación de Ravenclaw de normal dormían cinco chicas, pero ahora tan solo habían tres, contando Regina.

Las otras dos seguían durmiendo, incluso después de que Regina hubiera leído hasta donde le interesaba del diario y se vistiera.

Quería evitar cruzarse con nadie ese día y estar en la torre de Ravenclaw no era la mejor idea.

Tampoco podía bajar a los jardines, ni estar en ninguna zona transitada. Todo fuera que se cruzara con Tom.

Regina había valorado varias posibilidades sobre que hacer con el diario y al final la mejor fue subir a la torre de astronomía y tirarlo en un rellano olvidado.

El resto del día pasó sin más, con Regina dando vueltas por pasillos de los últimos pisos, dónde ningún alumno sin motivo, en su sano juicio, transitaría. Solamente pisó el gran comedor para comer y cenar.

Estuvo tentada en más de una ocasión a ir a la sala de los menesteres, pero decidió que lo mejor era esperar un tiempo, todo por si acaso.

Poco antes de las nueve subió a su sala común, dispuesta a irse a dormir, cuando...

-Para ser Ravenclaw no eres muy inteligente.

Apoyado en la pared y con los brazos cruzados Tom Riddle había estado esperando a Regina los últimos veinte minutos.

-Puede que ni siquiera sea Ravenclaw de verdad-contestó ella-El sombrero consideró seriamente colocarme en Slytherin.

-¿Entonces por qué estás en Ravenclaw?

-Porque...lo pedí.

Tom no contestó. Simplemente agachó la cabeza, sonriendo por los bajo.

-¿Qué quieres decir con eso?-preguntó Regina extrañada.

-Nada, nada. En realidad me estaba burlando de ti. Te he visto desde que te sentaste por primera vez en esa mesa decorada de azul y cobre como una Ravenclaw. Aunque siendo sincero...Tampoco serías una mala Slytherin. Tu apellido forma parte de los Sagrados 28.

-Parece que quieres que te cuente porque no elegí Slytherin.

-La verdad es que sí-afirmó Tom con una media sonrisa.

Regina tomó aire antes de hablar.

-Desde el mismísimo momento en el que me di cuenta de que clase de familia eran los Greengrass decidí no ir a Slytherin. Me parece que sus ideales son absurdos. Además, tengo una 'hermana', Elisabeth, que irá de cabeza a Slytherin y no quiero pasar otros seis años de mi vida con ella.

-¿Yo no soy una razón?

Regina negó con la cabeza, como si ni siquiera lo hubiera pensado.

-¿Tú?¿Por qué me habrías molestado?

-¿Qué?

-Nada.

Con esa rápida respuesta se giró hacia la entrada de la sala común y resolvió el acertijo necesario para entrar. Siempre había pensado que eran demasiado sencillos. Cualquier alumno de un curso más avanzado de otra casa los podría resolver con facilidad. O incluso algunos de primer año, como Riddle.

Cuando ya estuvo en su sala común tragó saliva y se dejó caer en un sillón, cerca de una estantería llena de libros de astronomía.

Al pensar en las razones por las que no había ido a Slytherin, Riddle aparecía entre ellas, pero Regina le había mentido. Tan solo faltaba esperar que se lo hubiera creído todo.

օɾíցҽղҽs: LA SALA DE LOS MENESTERES // Tom RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora