14 ~ Ocultar

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Jimin quiso ocultar su cara de asombro y evitar palidecer ante las palabras del mayor pero lo único que consiguió fue que una extraña mueca se plantara en su rostro, una mueca que terminó por confirmarle a Jungkook que algo ocultaba. Esa parte que confiaba ciegamente en el profesional comenzaba a tambalear y a ser golpeada, a desestabilizarse por la cantidad de ideas disparejas que comenzaban a formarse en su cabeza. El morado frunció aun más el ceño, casi causándole dolor, y contuvo la respiración por unos segundos, intentando contener la cantidad de interrogantes que se pisoteaban y peleaban por salir por su boca.

-No lo sé- dijo el menor con firmeza, logrando borrar la mueca extraña y estabilizar sus facciones.

-¿Estás seguro de eso?

-¿Puedes ser directo conmigo y decirme que insinúas?

-Sabes como se cargan las piedras- soltó Jungkook con dureza mientras se cruzaba de brazos -y por alguna razón no quieres decírmela.

-¿Es enserio?- Jimin se puso de pie y quedó a la misma altura que el contrario -¿Crees que le ocultaría algo así a todos si lo supiera?

-Dímelo tú...

El entrenador intentó ignorar su propia necesidad de soltar la verdad y contraerla completamente en su pecho, consiguiendo así que sus manos se convirtieran en puños por lo difícil que le resultaba hacerlo. Jungkook había unido las piezas sueltas de su mente correctamente y estaba llegando a una conclusión acertada, pero el menor se negaba a que lograra terminar el rompecabezas finalmente. Odiaba tener que seguir mintiendo, y más sabiendo que estaba rompiendo lentamente su lazo con Jungkook de esa manera, pero no tenía otra opción; no quería ni imaginarse la reacción del morado si se enterase que la piedra que venía usando de collar desde hacía más de un año representaba la muerte de toda su tribu y mucho menos que le diría por haberlo ocultado por tanto tiempo. Tenía que evitarlo a toda costa y, a esta altura de la situación, la única forma que existía era seguir mintiendo.

-Volveré a preguntártelo- el morado dio un paso al frente y la distancia entre ellos se acortó -¿Sabes cómo se cargan las piedras?

-No- contestó con una seguridad que incluso logró sorprenderlo a él mismo.

Jungkook, sin embargo, no separó sus ojos bicolor de los de su compañero por unos largos segundos más mientras intentaba, en un acto desesperado, creer en él. Jimin era su novio, la persona en la que más confiaba de la Organización y la única que lograba transmitirle real seguridad en sus palabras, por lo que desconfiar de él realmente le estaba afectando. Buscaba a toda costa seguir creyendo en sus palabras y no creer que la seguridad que intentaba transmitir era una inventada, pero entre más lo hacía, más se perdía. Lamentablemente, y en este caso para Jimin, Jungkook lo conocía a la perfección y sabía, por más que el menor se esforzase por no demostrarlo, que algo ocultaba con el hecho de las piedras. El entrenador era uno de ellos, y había pasado suficientemente tiempo ignorando ese detalle como para seguir haciéndolo.

-Vale. Te creo.

Sus palabras sonaron falsas incluso para sus oídos, pero al ver que las facciones del más joven se aflojaban comprendió que también se había comido su mentira al igual que él las suyas. Si de mentiras iba a tratarse, entonces no tendría más opción que jugar el mismo juego hasta descubrir quién era completamente sincero.

-Te amo, ¿lo sabes?- soltó el elemental intentando apaciguar sus facciones y el ambiente.

Y Jimin lo sintió como un golpe bajo, uno que casi logró quitarle el aliento por la culpa que le generaba. Comenzaba a odiarse por la maraña de mentiras que había creado y por lo fácil que se le había ido de las manos, por tener a una persona tan creyente de sus palabras y estar jugando con su confianza de esa manera. De nuevo tuvo que reprimir esa ola de verdades que corría por su garganta hacia su boca para salir.

Tierra y otros elementos [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora