25 ~ Búsqueda

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Una semana, una semana completa desde que Jimin había renunciado, siete días en el que el estado anímico del elemental solo había ido en picada, por no decir que había tocado fondo completamente.

-¿Cuántas veces te he dicho que controles tu fuerza cuando entrenas?- preguntó Jung demasiado ofuscado, haciendo que su voz sonase firme a través de los parlantes de la sala de monitoreo.

-¿Y cuántas veces te he dicho que no me toques los cojones?- refutó el morado desde el otro lado del vidrio, clavando sus ojos morados en los del contrario y volviendo a generar lava por sus manos, derritiendo aún más el censor frente a él.

Era la tercera placa térmica que derretía en los últimos cinco días, causándole a la Organización un fuerte sacudón económico cada que tenían que reponer todos los elementos que Jungkook rompía.

-Sabes perfectamente que pueden expulsarte por esto.

-Quiero ver que lo intenten- terminó, despegando finalmente los ojos y concentrándolos ahora en el derretido metal frente a él.

Jungkook había cambiado tan drásticamente de la noche a la mañana que incluso sus propios compañeros los evitaban la mayor parte del tiempo, manteniendo al grupo élite de la Organización separado hasta que tenían que entrenar, como era este el caso. Los cuatro elementales restantes del pelotón se mantenían alejados del más grande durante todo el entrenamiento, evitando así incrementar aún más la ira que recorría el cuerpo del morado desde hacía ya varios días. La última vez que habían querido intervenir y calmar al morado habían peleado, llegando casi al punto de enfrentarse cuerpo a cuerpo, por lo que los cuatro habían optado por no seguir intentando razonar con la cerrada cabeza del contrario. Después de todo, sabían que nada de lo que pudiesen llegar a decir iba a hacerlo cambiar de parecer.

-Voy a sancionarte- aclaró el mayor de todos mientras tomaba su planilla y comenzaba a redactar la tarjeta de suspensión.

-¿Cómo lo hiciste ayer y anteayer?- Jungkook rio -Hazlo, sabes perfectamente que eso no me impedirá seguir entrenando.

-Jungkook, por favor...- habló Taehyung, dirigiéndole la palabra después de casi tres días sin hablarse -No hagas esto más difícil para todos y acepta la maldita sanción.

-Ya lo que me faltaba...- rodó los ojos -Un subordinado diciéndole a su jefe que hacer- todos en la habitación cambiaron su expresión a una de sorpresa -¿Por qué no vuelves al rincón del que saliste y dejas que siga entrenando?

-¿Qué cojones pasa contigo?- el rojo avanzó lo suficiente como para quedar justo frente al morado, enfrentándolo -¡Deja de comportante como un gilipollas de una vez!

-¿O qué?- Jungkook también avanzó, consiguiendo que las puntas de sus pies chocasen con las contrarias -¿Qué harás al respecto? ¿Dejar el pelotón? ¿Insistirle al consejo directivo con que me sancionen? ¿Convencer a tus amigos de dejar el grupo también? ¡No me interesa! Ninguno de ustedes me sirve después de todo...

-Nos necesitas- el mayor rio -¡Nos necesitas!

-No necesito a un montón de inútiles que me esquivan por los pasillos por miedo a que les haga algo, como tampoco necesito a un estúpido doctor que me esté dando por saco cada que entreno. No necesito a nadie, ¿me oyes? ¡A nadie!

-Esto es por Jimin, ¿verdad?- a pesar de que la voz de Taehyung sonó baja, logró salir de entre sus labios con seguridad y firmeza -¿Por eso es que odias al mundo de un momento al otro?

-No lo metas en esto- Jungkook frunció el ceño y apretó los puños.

-¿Ahora odias a todos porque te dejó?- el mayor intensificó su mirada sobre los ojos contrarios -¡Pues no es nuestra culpa que ambos hayan sido unos malditos mentirosos y no hayan confiado en el otro!

Tierra y otros elementos [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora