37 ~ [de] vuelta

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La imagen ante los ojos de Hoseok parecía irreal, casi imposible en el marco de sus pensamientos, pero aún así se plantaba frente a él de forma persistente y algo burlona, demostrándole que, como siempre, las cosas nunca eran ni serían normales si el nombre Jeon Jungkook venía ligado a los acontecimientos. Casi con la misma rapidez con la que había entrado, y luego de un par de horas de lucha, respiradores artificiales, limpieza de heridas y búsqueda de estabilidad, el morado había salido de terapia intensiva con los ojos cerrados y con los pulmones funcionando por cuenta propia para pasar a una de las habitaciones del segundo piso, dejando a todos con la sorpresa floreciendo por su piel por lo rápido que se recuperaba el cuerpo del elemental ahora que podía hacerlo con tranquilidad. A pesar de que los doctores que acompañaron a Hoseok cuando Jungkook ingresó al hospital le decían que debía pasar, al menos, un día entero en terapia intensiva y bajo cuidado sumamente estricto el doctor declinó esa posibilidad inmediatamente, resguardando todas sus decisiones en los cambios notables y rápidos que sufrió el cuerpo del morado el tiempo que estuvo bajo supervisión. Su recuperación era increíblemente rápida y asombrosa, por lo que tenerlo conectado y bajo cientos de ojos solo entorpecería y alertaría el despertar del paciente; Hoseok quería tranquilidad para Jungkook y estaba dispuesto a dársela después de semejante batalla.

Ahora, y cumpliéndose veinticuatro horas desde que la batalla había terminado oficialmente, Hoseok contaba por tercera vez en el día las cicatrices y golpes que adornaban superficialmente la piel del morado, encontrando que el número había disminuido en dos desde la última vez que las había contabilizado. No podía hallarle explicación razonable, pero Jungkook contaba con una regeneración increíblemente rápida y fuete que conseguía que sus heridas menos comprometedoras y los moretones que aún no llegaban a ser color morado intenso desapareciesen en cuestión de horas, limpiando así la imagen del joven y otorgándole al que lo viese una imagen distinta de él cada que lo observaba. Posiblemente, y ya abocándose pura y exclusivamente a las habilidades nuevas que había adquirido el morado, sería el poder de la piedra morada que recorría su cuerpo el que le otorgaba semejante capacidad regenerativa, aunque eso era algo que no podía afirmar al cien por cien.

Jungkook movió la cabeza por primera vez desde que había salido de terapia intensiva, provocando que sus alborotados cabellos generasen un sonido peculiar al rozar con la funda de la almohada y que Hoseok dejara de contar las heridas de su cuerpo para centrar absolutamente toda su atención en sus ojos, los cuales se movían de aquí para allá bajo sus párpados, y en los músculos de sus brazos, señales de que posiblemente no había sufrido ningún tipo de secuela, al menos, en el movimiento de sus extremidades superiores y ni en el de sus ojos; esperaba realmente que eso se viese reflejado en su visión, habla y demás sentidos. El rostro del elemental se contrajo con molestia y sus labios se abrieron levemente para soltar un suspiro mezclado con dolor, lo cual también sumó al buen panorama de parte de Hoseok ya que tenía certeza de que podía gesticular de forma adecuada y mover los labios.

Solo quedaba esperar a que reaccionase completamente.

Luego de unos cuantos minutos que para el doctor fueron clave y reveladores, Jungkook movió los párpados hacia arriba con debilidad, teniendo que cerrarlos en cuanto la luz de la habitación golpeó contra sus adoloridos ojos; Hoseok tomó eso como otro acto positivo que demostraba que el morado no había perdido la visión. Volvió a intentarlo, esta vez con más cuidado y lentitud, y prontamente sus ojos morados quedaron expuestos cuando sus párpados dejaron de cubrirlos, mostrando un par de orbes brillantes y desorientados completamente que no paraban de observar con cuidado y detenimiento el techo frente a ellos. El elemental pestañeó un par de veces intentando recobrar completamente la consciencia y alejarse un poco de la confusión, agregando ahora un par de movimientos en sus manos que hicieron mover la intravenosa en su mano izquierda y unos cuantos más en las puntas de sus pies; el doctor sonrió al ver tal actividad muscular.

Tierra y otros elementos [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora