6. Ya era hora de un descanso

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—Casette 4, cara A—

¡Bienvenido otra vez a la descripción más exacta de la locura!

No es tan así, pero como soy muy dramática, me gusta dramatizar.

Hoy, por primera vez en milenios, estoy sola. Sola, solín, solita.

Ni idea de dónde están mi señor esposo y mis cuñis favoritas (Y Peter, pero, ¿a quién le importa ese rubio oxigenado?)

Nah, mentira, yo quiero mucho a Pet. Más bien le molesto mucho, pero nos llevamos bastante.

Bueno, Elettra va a empezar el capítulo y también va a tener que dejar de hablar en tercera persona.

Bueno, Elettra va a empezar el capítulo y también va a tener que dejar de hablar en tercera persona

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Las palabras de Mani no se apartaban de mi cabeza.

¿Yo?¿Dormir con Edmund?

Miré a Mani con la mayor cara de confusión que había puesto en mi vida y ella me la devolvió.

—¿Es en serio?

—Sí, Lady Elettra—asintió la pantera—. Eso es lo que comunicó Aslan antes de que vos y los reyes llegarais. Si usted quiere, le puedo comunicar a Aslan que usted no desea dormir con el rey Edmund.

Se notó que quiso añadir "si es que llega vivo", pero no dijo nada.

Pensar en dormir con él me hizo pensar que yo tendría un papel importante con Edmund. Si no era para eso, ¿qué otra cosa podría ser? Aslan tendría sus razones para hacerlo y debería sentirme incómoda al saberlo.

Pero no.

En mi pecho se instaló un calor agradable y mis mejillas, que normalmente tenían un rosado natural que no se iba nunca, se colorearon de manera más potente.

—No te preocupes—le dije intentando ser firme, pero la voz era casi un hilo—. No me molesta.

Ella asintió y me dirigió al "baño". Al parecer, mientras Mani y yo hablábamos, unas dríadas habían preparado la bañera con agua caliente, velas aromáticas a lavanda y diversas cremas y geles para el cuidado de mi cabello y de mi cuerpo.

HONEY, edmund pevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora