7. Al parecer Peter tiene una manía de apuntar a los lobos con la espada

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—Casette 3, cara B—

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—Casette 3, cara B—

¡Nos morimos!¡Los niños, las mujeres y Elettra primeros!

¡Hola de nuevo! Estoy lista para describir uno de los capítulos más bestias de todo el acto.

Hoy tengo a la familia al completo (o sea, Peter, Susan, Edmund y Lucy) y seguramente harán muchos comentarios hoy.

¡Luces, cámara y muerte! Digo, digo, ¡y acción!

La canción dejó de sonar y parecía que el paisaje era más sombrío que de costumbre

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La canción dejó de sonar y parecía que el paisaje era más sombrío que de costumbre. 

—Espera, ¿qué?

Estupefacta, miré a Peter que me devolvió la mirada con pena.

—Me lo dijo Aslan—repitió con más pesar. Ambos nos apartamos de la multitud para hablar con más claridad—. No concretó mucho, pero me avisó para decírtelo y que tu vayas mañana después del desayuno a su tienda.

Respira, Elettra, los ataques de pánico los dejaste de tener hace años, me intenté tranquilizar. Todo está bien, todo está bien.

Peter me seguía mirando, expectante.

Solté un suspiro y me levanté. Mani apareció de improvisto a mi lado

—Gracias, Peter—le dije—. Estoy cansada. Iré a mi tienda. Nos vemos mañana.

Un poco mareada, volví a mi carpa.

—¿Está usted bien, Lady Elettra?—Mani parecía en verdad preocupada.

Dudé en contestar.

—Me encuentro... Bien, dentro de lo que cabe esperar—le respondí forzando una leve sonrisa que pareció una auténtica—. No te preocupes, Mani, puedes ir a descansar.

Me quité el maquillaje, el vestido, las botas y me puse la ropa con la que había llegado a Narnia, ignorando el camisón que me habían preparado. 

HONEY, edmund pevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora