Incertidumbre

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Después de lo que hizo decidió tomar una siesta, al despertar se dio cuenta que tenía varias llamadas de Lin así que inmediatamente la llamo, porque ya debería estar preocupada.

Lindy contestó casi de inmediato

–Estaba a punto de salir para tu casa, me iba a volver loca, me preocupe demasiado, no es normal que me llames así sin más, ¿Qué pasó? – le dijo sin hacer pausas, era evidente que no mentía, sonaba muy preocupada.

Alanna comenzó a contarle todo lo que había ocurrido, sin omitir ningún detalle

–Ok, ese hombre definitivamente es un imbécil – dijo muy molesta – Hay muchos puntos importantes y estoy segura de que tú ya has repasado mil veces todos, pero hay una cosa sumamente importante, que seguro no has pensado… solo es un idiota que no le gusta que la gente lo ignore o se burle de él, actúa por puro resentimiento.

Es verdad no había pensado eso, en todos los escenarios que había desarrollado en su cabeza, ella era la única culpable o quién había cometido algún error.

–Quiero que me prometas que no dejarás gane, mañana tienes que hacer tu vida normal, no sabemos qué piensan los demás, pero lo más probable es que no compartan su idea, porque te confronto solo, supongo que si alguien más lo apoyara hubiera estado con él en ese momento – le dijo Lindy.

–Creo que tienes razón, no sé porque yo nunca veo esas posibilidades – lo sabía, pero no estaba lista para admitirlo – Y ¿que piensas de las insinuaciones que hizo sobre Bruno?

–Pues... yo pienso que solo Bruno puede responderte las dudas que tengas, creo que debes esperar algunos días, para que todo se tranquilice y después lo platiques con Bruno.

–Hablar contigo siempre me hace sentirme mejor y sí, te prometo no dejaré que esto me rebase – dijo Alanna, fingiendo seguridad, aunque sentía vergüenza por lo que había hecho en su muñeca, eso era señal de que si había cruzado la línea, o sea que la situación la había rebasado.

– Te juro que si ese idiota vuelve a molestarte yo misma voy para allá y le doy lo que merece – dijo Lindy fingiendo rudeza.

Alanna no puedo evitar reír

–Te quiero mucho, gracias por todo Lin – dijo con sinceridad.

–Yo también, ahora prepárate una deliciosa cena, mira alguna serie de hombres sensuales y después descansa– dijo Lin, antes de colgar.

En definitiva Alanna se sentía mejor, aún había momentos que sentía mucho coraje, pero con ella misma porque no fue capaz de reaccionar, se prometió que si él volvía a mencionar algo de eso,no se iba a quedar callada.

Pronto llegaremos al día en que logró cumplir esa promesa

Hizo todo tal cual como se lo dijo Lindy antes de colgar, pero justo antes de dormir, fue al baño, se sentó en la orilla de su bañera, se realizó las curaciones necesarias y se pidió perdón una vez más, por lastimarse cuando los problemas son tan difíciles de controlar.

Ese tipo de tristeza es muy fuerte, está ligada completamente a ti, tú eres tu mismo atacante, por eso el dolor penetra con más fuerza.

Nadie conoce tanto tus debilidades como lo haces tú.

Despertó con la sensación de incertidumbre total, no sabia que esperar, se arreglo y desayuno con tranquilidad, para después dirigirse a la escuela, entre más se acercaba se iba sintiendo más nerviosa. al llegar al salón se dio cuenta que ya había algunas personas y no había señales de Emir, eso la tranquilizó, aunque no duró mucho, porque 5 minutos después él apareció en la puerta.

Al verlo Alanna no pudo evitar revivir lo que había pasado, su cuerpo experimentó una sensación extraña, no pudo definirla por que no la había sentido antes.

Para su sorpresa Emir no volteo a verla en ningún momento, parecía como si Alanna no existiera para él, ella no sabía si eso debía hacerla sentir mejor.

Al sonar el timbre de la última hora, él fue el primero en salir del salón.

Al llegar a casa le mando audios a Lindy explicando que aparentemente no tenían nada de qué preocuparse, hizo las tareas y trabajos que tenía pendientes, cenó y se durmió.

Prácticamente de lunes a viernes así era la rutina de Alanna, quizá solo algunos dias tenia tiempo de ver alguna película.

El viernes por la mañana se encontró con Bruno, hablaron un poco mientras llegaban a sus respectivos campus.
Alanna lo hizo prometer que ya no la acompañaría hasta el suyo, diciéndole que eso la hacía sentir incómoda, no le gustaba hacerlo caminar más de lo necesario, eso tenía un poco de verdad, pero la principal razón era evitar que se encontrara con Emir.

Bruno no estaba muy contento con la decisión de ella, pero inteligentemente pidió una cita como intercambio.

Ella accedió a que se vieran el domingo por la tarde en la alberca.

El sábado por la mañana viajo a casa de sus padres, por la tarde salió a comer con Lindy, casi no había hablado sobre cómo le había estado yendo a ella en la escuela así que se centraron en eso.

En la noche cenó con sus papás y tuvieron una noche de películas, platicaron sobre qué tan cómoda estaba con su "nueva vida", sentía pena por tener que esconder información de ellos, pero no quería preocuparlos, así que omitió lo malo y se enfocó en resaltar lo interesante que le parecía su carrera.

Sé sintió mejor al ver sus rostros que expresaban completa felicidad y orgullo.

–Al final, ese es el mayor premio que como hijos podemos recibir– pensó

El domingo se levantó muy temprano, evitó despertar a sus padres porque sabía eran los únicos días que dormían hasta tarde, dejó una nota (los quiero mucho, hablamos después ) y se marchó.

Al llegar hizo tareas que tenía pendientes y justo antes de comenzar a cambiarse para salir con Bruno, empezó a sentirse muy nerviosa, no había pensado que tendría que ponerse el traje de baño y estar cerca de él.

“¿Por qué siempre tengo ideas tan estúpidas?, ¿cómo no pensé en eso antes de proponer la situación? ¡Mierda! él está muy ejercitado, seguramente está acostumbrado a salir con mujeres con cuerpo mucho mejor que el mió, tendré que usar el traje que me cubra más y utilizar un kimono" eran las ideas que no dejaban de dar vueltas en su cabeza.

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