Alanna estaba nerviosa, hoy vería a su amiga después de tres semanas, esperaba que pudiera perdonarla.
– Hola– dijo Alanna titubeante cuando la chica entró al pequeño cuarto
– Hola– contestó la chica con una enorme sonrisa y se acercó a abrazar a su amiga– te quiero– le susurró.
– No sé cómo puedes abrazarme después de como te he tratado – dijo sollozando.
– Pues entiendo la confusión… si me ofende que hayas pensado eso de mi, pero no puedo culparte, porque ya habías pasado por algo así y supongo fue difícil creer que se repetía.– le dijo mientras la tomaba de la mano.
– Sí fue difícil, mientras he estado aquí, entendí que tengo que preguntar cada duda que me surja– hizo una pausa y desvió la mirada– ¿Por qué estaban juntos ese día?
– Íbamos a comprar algunas cosas, porque estábamos planeando una fiesta sorpresa, por tu cumpleaños... que no habíamos sido capaces de festejar, Mera también estaba involucrada pero ese día tuvo un compromiso y no pudo acompañarnos.
– Me siento como una completa idiota, si tan solo hubiera contestado la llamada, quiza lo unico que hubiera arruinado sería una fiesta y no la vida… – se detuvo porque lo que diría no tenía sentido– Bueno no hubiera hecho que pasaramos por momentos tan difíciles.
– Idiota, sí eres, pero desde siempre– dijo con una sonrisa– pero ya te dije que entiendo porque te confundiste.
– Perdón por desconfiar de ti– dijo y abrazó a su amiga.
– Perdóname tú a mi, porque debí confrontarte sobre las marcas en tu cuerpo, desde hace mucho tiempo, pero pensé que si me mantenía vigilandote las cosas no pasarían a más.
Alanna se separó de su amiga y la miró con desconcierto
– ¿Desde cuándo lo sabes?
– Hace más de un año, no es como que lo supiera, solo lo sospechaba, pero me daba pena preguntarte, aunque ahora que lo pienso… quiza debí hacerlo y hubieras encontrado una solución desde antes.
– Bueno, debemos dejar de torturarnos por lo que no hicimos, no nos llevara a nada, mejor enfoquemonos en lo que será nuestro futuro.
– Oye… si te van a volver una hippie, quizá debamos escapar de aquí– bromeó su amiga.
Se rieron y después Alanna le dio un pequeño recorrido guiado por el lugar, la llevó a su lugar favorito, que era el patio, le encantaba, porque había un gran árbol y acostumbraba sentarse bajo el.
– ¿Has sabido algo de Emir?– dijo de forma repentina Alanna
– No, desde aquel día... nadie lo ha visto.
–Bueno, él también necesitará tomarse el tiempo de asimilar las cosas, no puedo culparlo.– dijo Alanna y se acostó viendo al cielo.
[...]
Pasaron las semanas y cada dia era mas fácil vivir allí, sus papas, Lindy y Mera eran sus visitas constantes.
Hoy por fin saldría, no estaba nerviosa porque sus papás se habían portado de excelente forma y le prometieron que no la iban a sofocar, pero que tendría que asistir mínimo por otro mes a terapias, para continuar trabajando.
Cuando llegó a su casa, la esperaban sus amigas, comieron todos juntos y después las chicas salieron al patio.
– ¿Qué harás ahora?– la cuestionó la chica de pelo negro
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Eventualmente
Teen FictionLa ansiedad es un trastorno difícil de sobrellevar, nos vuelve irracionales y es aún más complicado cuando la persona desconoce que la padece. Durante la historia seguiremos a Alanna, una adolescente que deberá aprender que las amistades no son par...