Autodefensa

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Marinette

- ¡Pero tengo las pruebas señor oficial!
Estos... estos... videos y, y ¡mire!, estas fotos no las tomé yo.

Mi voz se entrecortaba al hablar con el oficial que había dejado de tomar mi declaracion.

- Pero están en su móvil y, a menos que aparezcan en otro dispositivo o que  sean publicadas por alguien que no sea usted, es difícil comprobar que no fue consensual.

Mi estómago comenzó a dolerme.
Tenía seis horas declarando y tratando de entender ¿porque nada parecía salirme bien? .
Por no declarar desde el primer incidente, no me creyeron en este y resultó que tampoco procedería la acusación contra Luka por haberme ido de fiesta en lugar de esperar a la policía.

- Tengo la llamada de Luka.
Ya la escuchó.

El oficial frente a mi me miró con lastima, tomó nuevamente el diminuto vestido y note una mueca casi burlona.

- ¿Y dijo que solo tenía esto puesto?

- Oficial, no se burle.

- Acompañen señorita.

Seguí al gordo de azul que miraba entre escritorio y escritorio buscando a alguien.
Fue con otro policía y este le dio un folder.

- Venga, siéntese conmigo.

Nos alejamos un poco de los cubiles y nos sentamos en una banca.
Abrió el folder y me fue pasando una a una las hojas de lo que parecía ser un caso.

- Esta chica es una joven de 16 años, hija única de una pareja cristiana debota.
Buena estudiante, solo tiene una amiga y nunca salía de fiestas.
Ella salió a la tienda usando zapatos de piso, falda a los tobillos, blusa de cuello alto y sin maquillaje, a comprar un poco de pan y leche y sus atacantes la subieron a su auto.
Durante dos días la sometieron y violaron en repetidas ocasiones, por turnos o entre todos al mismo tiempo.
Lesionaron sus vías y necesitó puntadas.
La liberaron completamente desnuda en la puerta de su casa, drogada, golpeada y... sucia.
Declaró quiénes fueron sus atacantes, como la torturaron y los estudios fueron muy claros pero..., cometió un error.
Dijo que no tenía novio ni relación alguna con sus atacantes pero, resultó que uno de ellos era su novio y los otros tres eran sus amigos de la escuela.
No lo declaró porque sus padres le prohibían tener amigos varones o novio y debido a eso, a ese simple error, los dejaron libres.
Ahora dígame señorita
¿Es usted hija de una familia de principios?
¿Es usted alguien que lleve una vida recatada?
¿Acaso es usted un ejemplo de lo que debe ser una dama?

El hombre siguió hablando, pero mi mente se bloqueo, no podía creer lo que este tipo me estaba diciendo y me preguntaba como era posible que pasarán cosas asi.
El dolor en mi estómago se hizo intenso y me paralizó.
Mire las fotos de aquella pobre chica y me di cuenta que, si ella no pudo hacer algo, yo no tendría una sola oportunidad contra mi atacante.

¿Quién ayudaría a alguien como yo?

- Solo puedo sujerile que a partir de hoy tomé sus precauciones.
No salga sola y manténgase en su casa.
Si usted se comporta, nada le va a pasar se lo aseguro.

El gordo imbécil , como lo llamaría a partir de ese momento, tomó el folder y lo devolvió al cajón del escritorio.

Al lado de mi estaba un pasillo del cual escuche una especie de discusión. Estaba por mirar de que se trataba pero el gordo imbécil volvió y unos guardias entraron a calmar la pelea.
Adentro se escucharon una serie de gritos pero reconocí dos voces.

¡Son Luka y Adrien!

Entre todo el ruido trataba de comprobar si eran ellos y escuchar lo que decían y a la vez fingi que escuchaba al gordo imbécil.

El chico de UberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora