Canon

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Marinette

Desperté y recostado a mi lado sobre las cobijas y aún de traje estaba Nathaniel,  se le veía exhausto y sujetaba el movil en la mano mientras yo lo contemplaba completamente relajado.

- Nathaniel...

Lo moví suavemente pero no despertó y soltó de su mano el movil al girarse de lado.

- Está exhausto, no debería despertarlo aún por una tontería.

Dudé unos segundos pero al final tomé su móvil, mientras marcaba mi numero.
Me fabrique una historia de este pelirrojo tomando mi aparato para revisarlo y controlarme.

- ¿Donde quedó?

El tono salió de debajo de mi cama y sorprendida miré al inocente Nathaniel a quien había juzgado con crueldad en mi inquicidora mente.
Me agache curiosa y casi al fondo estaba el maldito objeto de mi acusación.

- Debí dejarlo aquí mientras bebía y lo patee por accidente.

Susuraba mientras revisaba las actualizaciones.
Al parecer nadie había llamado y en mis redes solo había notificaciones de mis contactos pero nada directo.
Me entristeció pensar que Alya me despreciaba pero, esperaba que en su momento lo entendiera así que no presté mucha atencion.
Adrien tampoco parecía haber intentado llamarme y en general,  parecía que nadie me recordaba en esos días.
Suspiré algo decepcionada de la situación pero... al ver cerca de mi a aquel pelirrojo sonreí.

"Quizá solo él valga la pena".

Me recosté a su lado mirando a mi ahora novio y despeje su rostro de unas mechas de pelo que lo cubrían. Me enternecia la paz con la que descansaba y un impulso me llevó a besar despacito sus labios.

" Seguro me enamorare de ti hermoso pelirrojo, después de todo,  nada de mi parece molestarte"

Sus ojos turcos se abrieron en reacción y sonrio con dulzura al verme.

- Hola little lady.

- Hola

Se incorporó despacio sentándose al borde de la cama y frotaba sus ojos mientras buscaba su móvil el cual deje del otro lado.

- Disculpa la intromisión.
Entré para... [bostezo]...perdón, para avisarte que ya había llegado pero vi que dormías, dejé tu llave en tu buró pero entró una llamada y me quedé dormi...

Puse mi índice en sus labios y lo hice callar.

- Shh. Entiendo.
Eres muy dulce.

El dio un pequeño beso en mi dedo provocandome un sonrojo y tomó mi mano colocandola en palba entre la suya y su rostro para acaeiciarse .

- Te extrañe Marinette, peeeeero, será mejor que me vaya, te he acaparado demasiado no quiero que te fastidies.

-Hummm

Remarque un puchero y lo miré triste.

-¿ Que pasa?

- Bueno.... hoy es Sabado, y como doblaste turno ayer, pensé que quizá podríamos salir.

- pero... aún no estás repuesta del todo mi amor

Dijo acariciado el golpe más prominente en mi rostro. Tomé su manos entre las más y me acerqué a él haciendo una vocesita mimosa

- me curaré de la misma forma encerrada que en la calle.
Anda, a menos que, te avergüences de mí ahora que no soy bonita.

Me jaló a su regaso y acarició mi cabeza.

El chico de UberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora