Isabella ha pasado parte de su vida dedicada a tratar de recuperar a su hermana pequeña del orfanato Linoy. Cuando una vez más fracasa en el intento, busca desesperadamente una solución a su problema, sabe perfectamente que sola no lo conseguirá. Tr...
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Sonrió al verla sentada en la estación de buses junto a su sobrina. Eros aparco el auto a un lado de la acera, Bella se levantó de allí al verlo bajar.
- No debiste venir hasta aquí, la casa está lejos.
- Solo queríamos ayuda, ¿cierto Isa? – giro su vista hacia la niña
- Si tío – contesto la pequeña
- Aquí tiene señor – Bella le entrego en sus manos los archivos-. Le pido una disculpa por no Haber atendido a su invitada como debía ser – se disculpó ella.
- Hiciste lo correcto, Vanessa no era bienvenida en mi casa.
Bella tomo la mano de la niña en sus manos y le sonrió.
- Creo que Isa y yo deberíamos regresarnos a la casa, así no le quitaremos más tiempo de la junta.
- Ustedes no me quitan el tiempo, las llevare de regreso - dijo sin problema alguno.
Eros rodo el auto y abrió la puerta trasera para que subieran. Bella y la niña subieron enseguida mientras se ajustaban el cinturón de seguridad, él la miro por el espejo del auto. Era muy bonita, nunca se había fijado de eso. Y tenía una sonrisa dulce y tierna. Ni siquiera se explicaba porque se sentía tan bien el verla.
- Que tenga un buen día en la reunión señor – dijo Bella antes de bajar del auto una vez que este se detuvo en la mansión.
- Diviértanse sin mi – respondió el mientras les daba una sonrisa.
Eros se alejó de la mansión rumbo a las empresas, iba un poco tarde a la junta, pero la situación con Vanessa lo había regresado a su pasado.
Una vez en las empresas subió por el elevador hasta la sala de juntas, encontró a todos los socios hablando entre sí. Vanessa estaba allí también en compañía de su padre.
- Lamento la tardanza, se me ha presentado un inconveniente – se disculpó el griego.
- No perdamos más tiempo y demos paso a la propuesta – respondió una de los socios.
Eros tomo sus documentos en la mano junto con su laptop y presento la propuesta de expansión a otros países. A los japoneses les interesaba tener un contrato con una de las aerolíneas reconocidas, debido a que muchos clientes se quejaban del mal manejo de los pilotos que trabajaban en Japón.
- Es increíble lo que ha logrado señor Aereleous – aplaudió uno de ellos-. En menos de la semana ha traído con usted una propuesta limpia y calificada.
- Gracias, no ha sido fácil hacerlo.
- Cabe destacar que el señor Aereleous, es también un excelente piloto – intervino el padre de Vanessa-. Tomo clases desde muy joven.
