🏹Capitulo 11

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Isabella se hizo a un lado para explicarle lo que había sucedido.

- Si había alguien aquí - suspiró-. Ángela ha venido a la casa con la única intención de humillarme.

- ¿Qué? - abrió los incrédulo-. ¿Porqué esa mujer haría eso?

- Porque sé a lo que se dedica realmente - suspiro-. Escucha Eros, aquella noche en el bar me encontré con ella, no pensé en decirlo antes porque quería que tú mismo lo vieras por tu propia cuenta. Pero ya no voy a seguir permitiendo que me humille y pase por encima mío - replicó la castaña-. Ángela trabaja como dama de compañía para hombres de negocios. Intentó convencerme esa noche de que me sentará junto a ella y unos tipos que la acompañaban. Obviamente lo rechacé. Pero no puedo negar que ella me da miedo, sus actitudes me dan escalofríos - confesó al recordar la figura de la secretaria abalanzarse sobre ella en la cocina.

Eros se apoyó en la pared apretando sus puños, le había dado su confianza a una persona totalmente extraña.

- No te preocupes, hablaré con esa mujer. Le pediré que no regrese a mi casa y la despediré.

- Por favor ten cuidado, no sé que clase de locura pueda hacer - admitió ella

Él sonrió y le dio un abrazo.

- Yo me encargo,no te preocupes - le dio un suave beso en su sien.

Isabella y Eros se quedaron un poco más en la cocina esperando que el postre estuviera listo. Luego se sentaron juntos en la mesa del comedor para cenar.

El martes por la mañana Eros citó a la secretaria a su oficina

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El martes por la mañana Eros citó a la secretaria a su oficina. Ángela acudió de inmediato para saber las razones por las cual su jefe la solicitaba con urgencia.

Cruzó la puerta y lo encontró apoyado en el escritorio con unos papeles en sus manos.

- Cierra la puerta y siéntate - respondió el griego dirigiéndose a la joven secretaria.

Ángela obedeció a lo que había pedido y luego tomó asiento enfrente de él.

- Te he llamado por una única razón, esta es tu carta de despido, quiero que abandones la empresa cuanto antes Ángela - sentenció el empresario mientras le extendía el documento.

- ¿Qué? Señor Eros no puede hacerme esto - chilló la mujer en respuesta-. Deme una razón por la cual me despide.

- Interrumpir en mi casa como si fueras la dueña ¿Te parece poco? - enarcó una ceja-. No te quiero cerca de las personas que quiero, alejate de todos ellos en especial de Bella.

- Claro - dijo con sorna-. Tenía que tratarse de esa mujer, logró convencerlo de mentiras acerca mío - refutó.

- Ángela estoy tratando de terminar las cosas contigo en buenos términos, porfavor toma tus cosas y marchate - respondió a punto de perder la paciencia.

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