🏹Capitulo 20

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Eros se dirigió al bar que le había indicado su amigo, aparco el auto en una esquina cercana de allí y camino furioso al interior de este con el objetivo de encontrar a esa mujer allí.

- ¡Eros! - una voz masculina lo detuvo a sus espaldas antes de seguir su camino. Giro su vista hacia la sombra que empezaba a ser más visible a la luz, se trataba de Agapios.

- ¿Qué haces tú aquí? - pregunto con un tono de molestia.

- Evitar que cometas una locura - bufo al aire el ex militar-. No voy a dejar que te metas solo ahí, puede ser peligroso, no conoces a esos hombres.

- Me da igual - contesto él determinado a seguir con lo que había comenzado. A ese punto ya no razonaba de sus propias acciones.

- ¡Que te detengas maldita sea! - le gritó su amigo-. Pueden dispararte.

Eros le dio una vista por encima del hombro y después se acercó hasta él.

- ¿Trajiste tu arma? - enarco una ceja.

- Si - admitió Agapios.

- Bien, entonces no hay porque preocuparse - siguió su camino hasta el bar seguido de él.

Atravesó el vestíbulo principal en el que que había más de una prostituta bailando el tubo, las luces de neón alumbraban por todo el sitio. Los hombres arrojaban billetes a las bailarinas mientras estas se restregaban en sus cuerpos.

El griego se acercó hasta el que parecía ser el administrador de aquel lugar, un hombre fornido en la barra del club.

- ¿Eres tú el dueño? - preguntó mientras Agapios ponía los ojos en blanco a sus espaldas. Claramente no sabía nada acerca de cómo obtener información de esos sujetos, así no daría con Ángela.

- Si porque, ¿algún problema? - levantó la ceja el hombre.

- Busco a Ángela, ¿la conoces?

- ¿Ángela? - enarco una ceja dudoso-. No me suena ese nombre.

- Es una prostituta, trabaja aquí o lo hacía.

- Aquí no hay ninguna que se llame así.

- Su nombre artístico es Scarlett - susurro Agapios-. ¿La conoces?

- Oh.. debiste empezar por allí - dijo el tipo-. ¿Para que la quieres?, ya no viene muy seguido, aunque sé que hace una buenos orales.

- ¿Dónde puedo encontrarla? - cuestiono Eros.

- ¿Me crees su niñera? Tengo mejores chicas para ti...

Cansado de los abusos que había recibido su esposa por parte de esa mujer, golpeó la barra, tomando al tipo por el cuello de camisa.

- ¡¿Quién me puede dar información acerca de ella?! - gruño entre dientes el griego.

- ¿Qué maldita...

- Suéltalo - murmuro por lo bajo Agapios.

- ¡Dime de una jodida vez o te juro que te reviento la maldita cara con esta botella! - respondió tomando una de las botellas de whisky que reposaban a un lado.

- Tal vez Gregory te de información - articulo el hombre.

- ¿Quién es Gregory? - pregunto Eros.

- El gordo de la esquina - señaló a un hombre en especial que se encontraba con cinco prostitutas sentadas a su lado.

Eros soltó al barman acercándose a ese hombre, mientras Agapios se interponía en él.

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