🏹Capitulo 21

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Eros cargó a Isabella por las escaleras hasta la habitación y luego la dejó sobre la cama para que pudiera descansar.

- No creo que esto hubiera sido necesario - contestó la castaña al ver que su marido le quitaba sus zapatos.

- El médico recomendó que descansarás - articuló el griego-. Aún estas débil.

- Está bien, lo haré si así estas mas tranquilo - le devolvio una sonrisa y luego tomó el oso de felpa que Vanessa le había obsequiado-. Es muy lindo, su primer juguete... - susurro ella con ternura.

- Podemos comprar más - contestó su marido-. Una habitación para todos sus juguetes ¿Que te parece?

- ¿Sabes que hay niños que no tienen nada de eso? Ni siquiera tienen un hogar al que pertenecer - contestó con tristeza-. No es necesario comprar tantas cosas, podemos ir a una tienda...

- ¿Un mercadillo como en India? - levantó gracioso una ceja-. Podemos comprar lo que quieras, sólo quiero que mi hijo y tú esten bien y lejos de situaciones como la que pasamos.

- Eros... - ella se abrazo a él-. No se que pase por tu cabeza en este momento respecto a Ángela, pero no te expongas a algo peligroso - terminó de agregar con miedo.

- No voy a arriesgarme, asi que puedes estar tranquila - le devolvió un beso en la sien-. Hablaré con Zeus acerca de las empresas.

- ¿En realidad piensas dejar el cargo? - pregunto Isabella.

- Si - respondió con simpleza-. Voy a quedarme en la casa contigo.

- Yo... No quiero que renuncies a tus sueños, quiero que por primera vez en tu vida pienses en ti.

- Resulta que no puedo pensar en mi sin antes pensar en ti. Sabes que estas delicada.

- Lo sé, y tengo aun miedo por el bebé pero...no puedo dejar que dejes de lado todo por mí, prometimos que ibamos a estar juntos en todo, deberías pensarlo mejor.

Eros soltó un bufido y despues asintió a lo que ella le habían dicho.

- Está bien,voy a pensarlo mejor - contestó-. ¿Ya estás mas tranquila?

- Lo estoy - respondió ella apoyándose en el hombro de él.

Después de algunos minutos el griego abandonó la habitación para dirigirse a su oficina y  poder comunicarse con Agapios, no podía detenerse para dar con esa mujer.

- Agapios espero que tengas algo nuevo acerca de esa mujer.

- He dado con la enfermera de la clínica a la que fuiste con tu esposa, al parecer fue la cómplice de Ángela  - respondió su amigo del otro lado de la linea-. ¿Vienes o quieres que yo me encargué de todo?

- Dame la dirección - contestó él.

Eros escribió la dirección en una hoja de papel y después colgó la llamada, tendría que salir una vez más y alejarse de Isabella,pero esta vez la dejaría bajo el cuidado de su madre, así estaría mas segura.

***

La mujer temblaba en una esquina del lugar cuando fue interrogada por el griego.

- ¿De donde conoces a Ángela? - cuestionó furioso Eros.

- Era la primera vez que la veía señor - contestó la mujer-. Ella quería información y yo se la dí.

- ¿La primera vez? ¿Estas segura? ¡¿Como puede una persona hacer algo tan horrible?! - le dio un grito que hizo que su amigo lo intentará tranquilizar-. Cambiaste las pastillas de mi esposa, casi perdemos al bebé.

Eros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora