Isabella asimilo lo que estaba ocurriendo. Ese hombre no sólo era el mismo que había visto aquella mañana, también era su jefe y por si fuera poco había arruinado la cocina.
Era un desastre.
- ¿Has dicho que te llamas Isabella verdad? - enarcó una ceja Eros mientras tiraba al cesto de basura su chaqueta de cuero totalmente arruinada.
- Si señor, soy Isabella Anderson.
- ¿Anderson? Ese no es un apellido Griego - respondió él.
- Si, bueno..., mi padre era Danés y mi madre Española. Emigraron aquí hace años.
- Entiendo, bueno creo que ha sido bastante emoción por una noche - se rasco la nuca-. Tenía algo de hambre, pero dadas las circunstancias.....
- ¡Haré algo rápido! , no se preocupe arreglaré este desastre - dijo ella alterada-. ¿Qué quiere que le prepare?
- No te preocupes por mí, pediré una pizza a domicilio y asunto resuelto.
- Pero las cosas no deberían ser así, fui contratada para ser quien se encargué de la casa, eso seria faltar a mi trabajo - respondió ella apenada.
- Entonces sera nuestro secreto, ¿vale? - guiño un ojo él.
Isabella dio un fuerte suspiro.
- Vale - dijo en respuesta mientras se giraba al lavavajillas y organizaba el desastre que hace algunos minutos había ocasionado.
- ¿Cual sabor prefieres? - pregunto Eros mientras tomaba en sus manos su móvil.
- ¿Disculpe? - enarco una ceja ella.
- ¿Cuál es tu preferido de pizza? - aclaro él.
- Señor...., yo no creo que usted debería hacer eso, me muero de la vergüenza.
- El mío es peperoni - ignoró lo que ella habia dicho no iba a martirizar a la pobre chica con lo de la cena.
- Esta bien, peperoni estará bien - respondió un poco más calmada ella.
Eros ordeno el pedido de la pizza y después subió los escalones rumbo a su habitación. Isabella se quedó unos cuantos minutos más en la cocina hasta que la pizza llegó, después de recibirla. La sirvio para Eros en un plato y guardo el resto en el horno microondas, subió y la dejo en el sitio como lo había especificado Ángela, después tomo su pedazo y fue directo a su habitación en donde la comió junto a un refresco de cola.
Se ducho rápidamente y se coloco su pijama para tumbarse en la suave cama. Decidió llamar a su amiga Roxana y decirle todo, era la primera vez que se quedaba en otro sitio lejos de los apartamentos y era posible que su amiga se preocupara.
- Estaba a un paso de llamar a la policía - contestó Roxana en cuanto tomo la linea-. ¿Dónde estás tú?
- En casa de mi jefe - respondió Isabella.
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Eros
RomansaIsabella ha pasado parte de su vida dedicada a tratar de recuperar a su hermana pequeña del orfanato Linoy. Cuando una vez más fracasa en el intento, busca desesperadamente una solución a su problema, sabe perfectamente que sola no lo conseguirá. Tr...