- No voy a ir contigo, ni menos con esos hombres a ningún sitio, no soy como tú - contestó Bella levantando su quijada-. Ahora devuelve mi teléfono - extendió su mano hacia ella.
- ¿Con quién hablabas? - enarco una ceja Ángela -. ¿Con el señor Eros? ¿Ahora te metes entre sus sábanas? - las palabras de Ángela buscaban una reacción furiosa de parte de la castaña, pero no lo consiguio.
- No tengo ninguna relación con el señor Eros, y si así fuera no tendría porque darte explicaciones - la hizo a un lado tomando su teléfono en las manos y girandose lejos de ella.
- Ya te puedo ver corriendo a contarle lo que has visto - dijo entre dientes Ángela.
- No le voy a decir nada, tarde o temprano conocerá la realidad. No soy nadie para juzgarte - después siguió su camino en busca de sus amigas.
- Nadie puede ser tan bueno en el mundo - susurró con recelo-. Ya daré con tu talón de Aquiles estúpida, saldrás de esa casa tan rapido como entraste.
Bella camino hasta la barra mirando su teléfono, para mala suerte se había quedado sin batería. ¿Que iba a pensar Eros de ella? Lo había dejado hablando solo.
- Mis amigos te quieren en la mesa - susurro un sujeto meintras tomaba su muñeca.
La chica giro su vista hacia él y lo intento empujar.
- ¡No me toque! - gruño en respuesta ella intentando alejarlo.
- ¡Regresa conmigo he dicho! - respondió furioso entre dientes el tipo.
- ¡Deja a mi amiga en paz, maldito infeliz! - Roxana apareció en el medio y en sus manos con uno de sus tacones-. Si no quieres la punta de mi tacón en tu maldito ojo, la soltaras ahora mismo.
Él hombre frunció el ceño y soltó a la castaña, mientras lanzaba algunas maldiciones en francés.
- ¿Estas bien Bella? - pregunto su amiga mientras devolvió el zapato a su puesto.
- Estoy bien, gracias Roxi por defenderme, pero creo que es mejor que regresemos al apartamento.
- También creo que es lo mejor - respondió la rubia-. Mónica se ha quedado despidiéndose de Leonardo.
La morena apareció en medio de las dos con sus bolso en la manos.
- Leo ha dicho que nos puede llevar se encogió de hombros Mónica-. Le he dicho que no es necesario.
- Y yo le he dicho que sí lo es - apareció el rubio en medio de las tres-. Tres mujeres solas por Grecia a esta hora no es lo mejor.
- No te preocupes amigo, podemos tomar un taxi y regresarnos.
- Roxana ese tipo casi se gana un golpe por estar detrás tuyo, pude haberlo sacado del bar, pero nada me garantiza que otro lunático no aparezca por ahí y haga algo.
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Eros
RomanceIsabella ha pasado parte de su vida dedicada a tratar de recuperar a su hermana pequeña del orfanato Linoy. Cuando una vez más fracasa en el intento, busca desesperadamente una solución a su problema, sabe perfectamente que sola no lo conseguirá. Tr...