Una pregunta, es la siguiente:
¿Qué probabilidad tiene un persona de cambiar su futuro por un simple problema de trabajo?
Existen muchas posibilidades, pero no pensé que tener un simple "problema" cambiaría mi destino.
La historia de Nathalia y Juan...
Mis sentimientos estaban a flor de piel, realmente no creía que volviera a sentirme así: tan cómodo, feliz, libre y vulnerable. Nathalia es una compañera inigualable.
No quería tocar el tema de que mañana temprano volvería a la rutina de las giras, primero comenzaríamos en México una producción nueva de canciones con colaboraciones y luego seguiríamos con un par de conciertos.
—En serio, lo lamento, no fue bueno el comportamiento que tuve en ese momento. Te pido disculpas Nathalia.
Nathalia Martínez S.
Pude ver el arrepentimiento en sus ojo, su mirada me decía "lo siento demasiado".
—Hoy es un buen día para despejar la mente, así qué no nos preocupemos de eso, disfruta tu día Juan Pablo— sonreí.
Encendí el auto para ir al próximo sito Parques del Río yel alcalde de Medellín lo inauguró hace pocos días con un gran festival.
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Entramos a un parqueadero que estaba cerca del sitio.
—¿Podemos parquearnos aquí?— preguntó dudando.
—Claro, ya había estado aquí antes en un evento llamado Cómic-Con Medellín.
Nos bajamos del auto en dirección a nuestro sitio y sentí un fuerte dolor en el estómago, miré mi teléfono y vi son las 2:10 PM.
—Pensé que sólo trabajas en eventos musicales, me gustaría saber cómo te enamoró la profesión de Roadie, ¿Puedes contarme tu historia?... Solo si quieres— salió de él una o equeña risa nerviosa.
—Es un poco larga esa historia...
—Tienes todo un día para contarme todo lo que gustes— sonrió de una manera que me hizo suspirar.
Le hablé sobre como fácilmente me enamoró estar detrás del escenario ayudando y aprendiendo de grandes técnicos, como cada persona tiene un lugar muy importante en el escenario, los errores que suceden y cómo se deben de arreglar en un microsegundo.
Tiempos después.
—Esa es mi "pequeña" historia, solo es un hobbit que amo completamente y daría la vida por el, podría decir que en mi vida nada se conecta y eso es lo que me gusta.
—Me gusta escucharte— dijo mirando un spot y quitándome la cámara de la mano— deberías pararte allá, yo no puedo ser el modelo en este momento— sonrió ampliamente.
—Oye, no soy la persona más fotogénica, pero lo haré por ti porque quiero verte sonreír— mis mejillas ardían por lo que había dicho y caminé hacia el spot.
—Espera— caminó hacia mi y me acomodo el cabello que tenía en en rostro.
De nuevo lo tenia cerca, podía escuchar cada latido de su corazón y como rápidamente se aceleraba cuando bajaba la mirada hacia mis labios.
—Ahora estás mucho mejor— se acercó un poco más a mi y sentí su respiración.
Juan Pablo Isaza P.
Pude ver cómo las pupilas de Nathalia se dilataban, me causaba intriga y quería saber porque sucedía cuando me acercaba a ella. Mi corazón latía fuertemente y quería besarla hasta que sentí un murmullo atrás de mi.
—Disculpa Juan Pablo, ¿Podríamos tomarnos una foto contigo?— dijo una chica que estaba acompañada por un grupo de chicos.
—¡Claro, no hay problema!—si lo había.
Me tomé varias fotos con los chicos y de repente a Nathalia se le ocurrió una gran idea.
—¿Chicos pueden darme una foto grupal?— preguntó.
—Sí— dijeron todos al unísono.
Tomó la foto, el grupo de chicos se despido y vi como Nathalia se reía de mi.
—Qué graciosa eres, querida Nathalia— le dije en un tono molesto quitándole la cámara de las manos y riendo.
—Lo siento, querido Juan Pablo, no tengo la culpa de tener una súper estrella de amigo— rió un poco.
Le tomé varias fotos y decidimos ir a almorzar en un lugar que estaba cerca.
Nathalia Martínez S.
Llegamos a un restaurante de comida artesanal, donde venden las mejores hamburguesas de Medellín.
—Espero no enfermar después de comer esta gran porción de carne— se reía y mirando el tamaño de su hamburguesa.
—Estoy de acuerdo contigo Juan, presiento que no podré...
Terminamos de comer, discutimos un poco por quien pagaría la cuenta y gané jugando piedra, papel o tijeras; nos dirigimos al parqueadero para ir al penúltimo sitio.
Juan Pablo Isaza P.
A mi mente llegaron recuerdos sobre la vez que Nathalia me llamó "amigo" y no se si sea buen momento para alejarme del coqueteo.
Llegamos al auto rápidamente, nos subimos y ella condujo hasta llegar al Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) .
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Parqueó el auto y fuimos a la recepción para ver una de las nuevas instalaciones, subimos por el ascensor hasta el piso número 3 y llegamos a una gran puerta que tenía un nombre escrito "El Amor Y Sus D/Efectos Secundarios".
Al entrar dos personas del Staff nos tomaron las manos y en nuestro dedo meñique colocaron un hilo rojo que unía nuestro "amor".
