Capítulo 21

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Nathalia Martínez S.

Disfruté mucho la compañía de Juan David, recordé los buenos momentos que pasamos; además, es bueno saber que pasará sus vacaciones aquí "conmigo" o tal vez eso creo.

—Gracias por hacerme las trenzas, ¿Cómo me veo?

Te podría decir "todo te queda bien Juan, por eso me enamoré de ti..." pero es obvio que no sé lo diré por ser egocéntrico— siempre es así— y no cambia.

—Te ves bien, algo raro, pero bien— reímos.

—Siendo raro te gusté alguna vez...— dijo riendo— ¿Vamos al hotel? Creo que morirías de frío— habló pasándome su hoodie.

—Gracias y vamos— le dije  poniéndome su hoodie.

Me gustaba el aroma que emanaba, siempre tenía una fragancia peculiar y muy varonil.

Llegamos al hotel, nos despedimos y cada uno tomó rumbo había sus apartamentos.

Antes de llegar al cuarto mi madre me llamó para que recogiera un paquete en el lobby y volví a bajar en esa dirección.

Juan Pablo Villamil.

Quería llamar a Susana e intentar arreglar todo para no terminar nuestra relación, pero al ver a Nathalia tuve la necesidad de no hacerlo... — es una sensación extraña— No sé si era "atracción".

Isaza no lo había pasado muy bien al separase de ella y creo que no sería una buena idea que uno de sus mejores amigos le dijera: "Isa, vi a Nathalia en el aeropuerto cuando veníamos a Barcelona, está hermosa... Oye, creo que me atrae un poco, ¿Qué dices? ¿Me apoyas?".

Escuche que los chicos llegaron.

Juan Pablo Isaza P.

Si ella está bien, yo lo también lo estaré.

—¿Pedimos pizza para cenar?— preguntó Martín.

—¡Marto, claro!— exclama Simón caminando a la sala.

—Si, si. Yo también quiero pizza, ¿Puedo hablar con usted un momento?— me pregunta Juan Pablo Villamil.

—Si, claro Villa, vamos al balcón.

Llegamos allá y su rostro asustado no ayudaba a la situación.

—Isa, debo contarte algo... — miró sus manos— solo te pido que me entiendas después de esto...

—No me asuste perro, digáme que no se trata de Susana... Acaso usted...— pongo mi mano en mi abdomen.

—¡No, cómo se le ocurre!... Esto es diferente y tenía que decírselo en algún momento...

—¿Por qué le pone tanto misterio Juan Pablo? Solo dígame qué pasó y listo.

Me estaba asustando.

—Isa, vi a Nathalia en el aeropuerto y...

¿Qué?

—Pues ella se chocó conmigo cuando iba a hacer una llamada... El caso es que ella me dijo que no te dijera que la había visto para no tener problemas conti...— hablaba nervioso y no terminó su oración.

—Creo que sé porque lo decía... Cuando bajamos a la playa los chicos y yo la vimos con alguien más... No pasa nada— lo abrace para ocultar mi "dolor".

Habían pasado tres años, tres años sin esperanza de no verla ni hablarle. Era difícil para mi porque en todo ese tiempo no encontré a alguien que estuviera a su altura y luego de verla con alguien más... Creo que debo seguir, así como lo hizo ella.

Martín.

Tenía mucha sed y le dije a los chicos que ira al bar por algo de beber.

—Ya vuelvo, voy al bar, si me necesitan me llaman, ¿Listo?

—Está bien— dijo Villamil.

Fui hasta el ascensor, bajé hasta llegar al piso número uno y me dirigí al bar.

Los chicos del bar me atendieron rápidamente, me dieron las bebidas para llevar, me dirigí nuevamente al ascensor y vi una chica entrar con una caja mediana.

—Buenas noches— saludé al cruzar la puerta del ascensor.

—Buenas noches— habló la chica.

Al mirarla la reconocí.

—¿Nathalia?

Ella me devolvió la mirada.

—¿Martín? ¿Qué haces aquí?— dijo bajando la caja para abrazarme.

—No, ¿Tú qué haces aquí?— reímos y bajamos en mi piso.

Nos sentamos en una banca que había cerca.

—No esperaba verte, es una muy buena sorpresa.

—Si, es bueno volver a ver a la familia— sonreí sorprendido.

—¿Vives en este piso?— me preguntó.

—Si, vivo en el 203— respondí.

—Ay Martín, ¿Será que el universo intenta decirnos algo?— dijo ella riendo.

—¿Por qué lo dices? No me digas que vives en este piso— pasé una mano por mi cabello.

—Vivo en el 204 con mis padres y acabo de notar que nuestros balcones están muy cerca el uno del otro...

—No puedo creerlo, ¿Ya hablaste con los chicos? ¿Si quieres salimos hoy?

—Pues... Vi a Villa en el aeropuerto y también a Simón, ahora te vi a ti y solo falta...

—Isaza— completé, ¿ Le dolía que hablara de él?

Fue así cuando su rostro cambió, sabía que le había afectado separarse de Isaza, pero verla con ese chico decía todo lo contrario.

•••

Nota del autor: ¿Dónde hubo fuego cenizas quedan?

No recuerdo cómo es el refrán pero si, esto se está prendiendo.

Les quiere, Natalia.

DORADA | Juan Pablo Isaza P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora