No sé por dónde empezar...

El Mismo Cielo.

💚TWEEK💚

Al terminar las clases, fuimos directamente a la casa de Jason para realizar la tarea. Aunque el camino fue incómodo, en unos minutos lo dejo ser ya que volvíamos hablar con normalidad los tres. Claro, Butters no sabía que él castaño se me había confesado pero ese tema no se lo iba a decir por el hecho de que este me lo pidió. Al llegar nos recibió su mamá, nos dijo que le parecía agradable que su hijo trajera a amigos a pesar de que apenas se hayan mudado. Subimos a su cuarto con una merienda que nos preparó la señora White.

Nos dedicamos a trabajar, Jason se había sentado muy cerca de mí y eso me hizo sentir un poco nervioso, tal vez lo notó por que empecé a temblar.

—Tweek, ¿estás bien? —me dijo susurrando para que no fuera oído por Butters que estaba en el otro lado.

—Yo-yo estoy bien.

—Tweek, solo quiero que lo pienses, sobre lo que te dije hoy. Piensa en darme una oportunidad. - Lo decía calmado y al momento de sentir su mano sobre la mía la quite por inercia.

—Lo pensaré Jason, solo que es muy repentino —le dije mientras le sonreía de una manera no tan honesta.

—¿Chicos, de qué están hablando? —me miraba fijamente estaba poniendo una cara de preocupado ya que estaba nervioso y con mis tics.

—Estamos bien, so-sólo hablamos sobre como seria la exposición —solo lo decía para que no se preocupara el rubio y para que trabajáramos tranquilos.

No es que no quisiera contestarle a Jason, ni tampoco pensar sobre aquello, pero... En realidad, él no me interesaba. Si, es muy mono y todo, pero no me gusta de esa manera, solo me gusta como amigo. Al único que podría ver así es al azabache con mirada fría que me roba el corazón desde hace tiempo. Y eso era lo peor.

Al momento de terminar las diapositivas, Butters y yo decidimos que era mejor irnos ya que a pesar de no ser tan tarde le había dicho que quería platicar sobre algo con él. Y esa fue nuestra excusa "que ya era tarde y teníamos que volver a casa". El castaño se despidió de mi revolviendo mi cabello y a Butters solo le mostró una despedida moviendo su mano.

Llegamos hasta el parque que tenía el pueblo, fuimos hasta unos columpios y ahí nos quedamos. En el camino no dijimos nada, pero en algún momento Butters había para comprar unas paletas.

—Y bueno, ¿Qué es lo que quieres hablar conmigo mi estimado amigo? —hacía una mueca y se veía muy gracioso a tal oración.

—Butters, yo... Yo quiero hablar con Craig.

Los ojos de mi amigo se volvieron mucho más grandes de lo que ya son, este se paró y fue hacia mí, me asustó un poco porque pensé que me iba a regañar o algo por el estilo.

—Viejo, eso es estupendo. ¿Cuándo lo harás? Puede ser hoy, podemos ir a su casa y...

—Wooow, wooow. Para ahí Butters, apenas lo decidí. Si, q-quiero hablarle, pero no sé si él quiera hacerlo —suspiré. —Tú mismo has visto cómo me mira cuando yo lo miro. Parece enojado. ¿Y si no quiere hablar conmigo? ¿Y si todavía no es el tiempo? ¡Oh, Jesucristo, esto es demasiada presión! —ya me estaba preocupando mientras tiraba de mi camisa.

—Tranquilo Tweek, de seguro es tu imaginación que maquilla la forma en que Craig te ve, *El también quisiera hablar contigo*.

—Pe-pero y si en verdad me odia todavía.

—Tweek, Craig no podría odiarte, fuiste su mejor amigo desde tercero de primaria ¿recuerdas?

—Si. Por eso no se si hablarle. Él todavía me gusta, mis sentimientos desgraciadamente no pueden cambiar Butters, y yo no quiero volver a pasar por lo mismo —lo había dicho mientras miraba hacia arriba intentando no llorar, veía las nubes y como el cielo se oscurecía recordando todas las veces en que el azabache y yo veíamos los atardeceres y en cómo él me platicaba sobre las estrellas o la luna misma.