No sé por dónde empezar...

¡Sorpresa!

💙CRAIG💙

—Clyde ¿Lo podrías hacer?

—Claro viejo, las fiestas son mi estilo y para ayudar a un amigo enamorado lo haré sin problemas, ¿te unes Token?

—Claro, lo podemos hacer en el patio de mi casa, solo por curiosidad ¿Ese día te vas a confesar?

—No, no, no, claro que no. Solo es para que Tweek se la pasa bien y pueda estar con sus amigos. Aparte ya les dije que Tweek solo me ve como un amigo y respetaré su opinión mientras eso no cambie. - Mi voz sonó más baja e intente mirar hacia otro lado.

—Sabes, Craig. Si en verdad "respetaras su opinión" esa noche no lo hubieses besado. - Decía el de cabello afro mientras reía un poco.

—¡Claro que la respeto! Pero esa noche no me pude controlar... ¡Mierda! Se los dije estaba con mi ropa, en mi cama y sus labios se veían bien, la culpa la tiene ese rubio —mis manos empezaban hacer ademanes mientras intentaba zafarme de lo que diría Token.

—Si, si... El rubio tiene la culpa por confiar en SU AMIGO mientras él dormía pacíficamente. Pensándolo bien, ya no eres virgen de labios, eso es bueno.

—Clyde no empieces.

Después de haber salido, sabía que quedaba un mes para el cumpleaños de Tweek; les había pedido ayuda a los chicos y después de eso se nos unió Jimmy junto con Butters y Jason.

Quería que fuera sorpresa, pero tampoco lo quería fuera de nosotros y se nos hizo fácil inventar que Clyde era el que organizaba una reunión por acabar el ciclo escolar. La fiesta sería el mismo día de su cumpleaños por que sus padres trabajan y les había comentado sobre la situación, agradecí que me dijeran que no habría problemas con ello.

Mayormente tres días a la semana nos reuníamos para platicar sobre la "reunión" y fuera de eso tomé un trabajo de medio tiempo para poder comprarle un regalo al de tez de porcelana. Tendría que ser un excelente regalo por estos 3 años que no pude felicitarlo.

Mientras pasaba el tiempo, un día que iba al trabajo tomé un atajo en donde me había perdido, al intentar salir pude encontrar una vista maravillosa de South Park por el atardecer y en ese momento pensé en él, tenía que traerlo aquí y lo hice. Tengo que admitir que la vista en la noche era mejor que el atardecer, pero ver los ojos brillando de Tweek era el mejor escenario que yo podía ver ese día.

Por fin había acabo mi trabajo de miedo tiempo, esa misma tarde le había pedido a Tricia que me ayudara a escoger un regalo para Tweek, supuestamente ella decía que escoger un regalo no era tan complicado solo es de dar lo que sabes que le gustaría a la otra persona, pero yo le quería dar todo a ese chico de cabellos rubios.

Antes de salir a comprar y buscar un regalo, la pelirroja me hizo hacer una lista de lo que tal vez pudiera gustarle a Tweek, para que así todo fuera más rápido y no se estresara ella. La idea funcionó de maravilla solo era de entrar a tiendas comprar y salir. El regalo estaba listo y solo faltaba una semana para que fuera su cumpleaños.

Los días pasaron volando y me encontraba caminando hacia la casa del rubio, me había levantado con ganas de felicitarlo, pero todos habríamos acordado hacerlo en la reunión, tendría que ser paciente hasta llegar allá.
Ya estaba enfrente de la puerta, toque un par de veces, pero nadie contestaba así que decidí abrirla y para mi suerte no estaba cerrada.

—¿Cuántas veces le he dicho que cierre la puerta cuando está solo?

Sabía que Tweek era muy descuidado ante aquello, pero le podría pasar algo y no quería eso. Por fin estaba cerca de su cuarto, toque una vez para poder entrar y regañarlo sobre aquello. Este ya iba a salir y yo ya no pude resistir, lo tomé de la muñeca y lo acerqué más a mi pecho para poder abrazarlo.