Capitulo 39:Les pido perdón

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El plan ya se había puesto en marcha, no hay vuelta atrás solo es cuestión de ejecutarlo. Yo tendré que recurrir a mis nuncas tomadas clases de actuación para poder engañar a mi madre junto a su marido para así, Franco entra y busca pruebas en la caja fuerte de Juan.

-La palabra clave será “servilleta”, si alguien viene la dirás y bueno, si termino solo te lo diré- me dice franco colocando un diminuto auricular que tapado por mi cabello no se verá, así él y yo estaremos en contacto.

- Esta bien, solo ten cuidado- digo tomando la cara de Franco para dejar un suave beso.

No tardamos mucho en llegar, vemos a Raquel salir en su auto y eso nos facilita aún más el trabajo, sin hacer demasiado ruido dejo que Franco se vaya por atrás y yo me preparo mentalmente para lo que se viene.

Veo el auto de Juan afuera por lo que va a ser un poco más duro poder ver a mi madre y distraerla. Era obvio igual que estaría ya que desde que me declaro la guerra no se ha despegado de ella.

Toco el timbre, espero unos minutos por lo que Franco me cuenta que Juan se encuentra en la habitación con mi madre, él estaba subiendo cuando los vio y tuvo que quedarse ahí colgado esperando que alguien venga a abrirme. Me pide ayuda, pero en ese momento la puerta se abre.

- ¿Quién es usted? - la supuesta ama de llaves me recibe.

- Soy Andrea, amiga de la señora Eleonor- miento, si Juan no quiere que yo venga le dirá que no le abra a alguien con mi nombre.

La mujer me deja pasar y por lo que veo Juan no fue lo suficientemente astuto como por lo menos mostrarle una foto mía. Escucho por el auricular, Franco me comenta que alguien había avisado de mi llegada, mi madre salió y Juan detrás, dándole a Franco la entrada libre.

Puedo acreditar lo que dice cuando escucho pasos bajando por la escalera, parece ser que vienen corriendo, susurros y forcejeos se oyen, luego parece que han llegado a un acuerdo ya que mi mama baja con una gran sonrisa en su rostro. Se sorprende al verme, pero su cara no cambio, solo su sonrisa se hizo más grande, en cambio la cara de Juan era para el suicidio, me miraba con tanto odio y recelo que mi piel se erizaba del miedo.

-Hija… viniste- dice mirándome con tanta ternura, me abraza fuerte.

Atrás de ella Juan me hace seña de una navaja en mi cuello, pasa su dedo por este simulando, asi que muy a mi pesar me separo.

-Vine a hablar con ustedes, si es eso posible claro- digo juntando mis manos delante de mi, con mis mejores ojos de cachorrito abandonado que puedo hacer.

-No, perdón Ana, pero tu madre y yo tenemos cosas que hacer- habla Juan.

-Será rápido lo prometo- digo rápidamente.

- Claro hija, pasemos para el living- me acuna en sus brazos mi madre echándole una mirada mala a su marido.

Nos sentamos en los gigantes sillones en los que miles de veces me he quedado dormida, recuerdo mis primeros días aquí cuando Raquel me echaba de nuestro cuarto para estar con su “novio” ósea Franco, me dormía siestas interminables aquí.

Juan y mi madre se sientan en los sillones en frente de mí, mi mama me mira ansiosa esperando que hable.

Suspiro para darle más emoción a la cosa y además porque cuanto más tiempo pueda a darle a Franco es mejor.

-Bueno, me encantaría que estuviera Raquel aquí para poder hablar con ustedes, quiero disculparme con todos por mis actitudes- digo con una cara de arrepentida que es capaz de convencer a cualquiera.

Se escucha un estruendo arriba y oigo por el auricular una maldición por parte de Franco. Mi madre y Juan se miran asustados.

- ¿Qué fue eso? - dice Juan alerta parándose de su lugar.

Mi Tutor Es Mi Cuñado✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora