Capitulo 22: Simplemente te extraño

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Me encuentro entrenando, había pensando en faltar pero ya estoy anotada no puedo dejar el equipo por un capricho, sería una estupidez de mi parte.

Así que aca estamos, practicando pase y recepción. La entrenadora me pidió que ayude a fortalecer, así que estoy de capitana, yo sugerí practicar los pases que es algo en lo que fallan bastante las chicas del equipo, bueno, sin nombrar que no hacen suspendidos y su defensa es pésima.

Me canso bastante porque no aprenden, quieren parar el juego cada dos segundos. Decidimos hacer un partido corto para ver como nos movemos y quien es mejor para cada posición pero así no se puede.

Termino la hora y nunca crei que lo agradecería tanto. Tomo mi botella de agua, me despido de todos y salgo camino a casa.

Siento una mano en mi boca y como me sujetan, comienzo a patalear pero me tienen muy bien agarrada. Busco la manera de safarme pero no hay caso, esto es imposible.

La persona que me impide salir me pone un pañuelo en la nariz y poco a poco voy sintiendo mis parpados más pesados.

(...)

Abro mis ojos, se están acostumbrando a la luz, intentó moverme pero no puedo. Estoy atada a una silla, amordasada.

Examinó el lugar, lo conozco, ya he estado aquí. Paredes azules, un placar inmenso, más una ventana que da a una casita.

La casa de Franco.

¿Cómo es que llegue acá?¿Y porque estoy así?

La puerta se abre y veo como entra un demacrado pero sexi Franco.

Que digo, borrar pensamiento.

-mmm que haamgom ammcam- intento hablar pero la mordaza me lo impide.

Me muevo en la silla hasta que me caigo para atrás.

-Ana, tranquilizate- me dice el castaño levantando mi silla.

-commjoo quimmre- me calle porque es inutil.

Pero como quire que lo haga en este estado.

-Bueno te voy a explicar porque estas así y en mi casa- Dice sentandose en otra silla en frente de mi.

No entiendo como su mamá no escucho el ruido que estoy asiendo.

Asiento para que empiece a hablar de una buena vez.

-Bueno, ¿Conoces a Rodrigo Toledo?-

Pienso y asiento, es el tipo de la cafetería que casualmente insulte ayer. ¿Pero que tiene que ver?

-Bueno es mi jefe, trabajo en su casino clandestino- abro los ojos como platos al escucharlo.

-Trabajo como guardia, aveces apuesto, mi mamá está muy grabe por eso no ha venido si te lo preguntas. Esta internada y necesito el dinero-

»pero bueno la cuestión es que este tipo me envió a dar un buen susto, al parecer lo hiciste enojar. No se como es que sucedió pero tengo que pedirte por favor que te alejes de el. Aunque no parezca es muy poderoso y creeme cuando te digo que no le temblara la mano para hacerte algo. Gracias a dios me mando a mi, yo no te haré nada, eso no es lo que quiero. Pero si envía a otro tipo no te salvarás. Si el te vuelve a buscar o lo que sea tienes que fingir tenerle respeto, por favor.

Analice todas sus palabras, yo no le tengo miedo a un idiota como Rodrigo. Me enoja que Franco me cuente esto recién ahora, nose porque no me lo dijo antes y lo peor sigue sin comer se le nota en la cara.

Me remuevo en la silla para que vea que quiero hablar.

Se da cuenta y me saca la mordaza.

-¡Eres un idiota!- me vuelve a subir la mordaza y obviamente comence a moverme.

-Si me vas a insultar no te voy a sacar la mordaza, pestanea dos veces para ver que haras lo que digo- giro los ojos pero le hago caso.

-¿No era más fácil llamarme y decírmelo como una persona normal?- le preguntó molesta refiriéndome a la forma en la que me tenía.

-No, no me hubieses dejado a hablar-

Hice una mueca, tenía razón. Creo que su técnica salvaje era efectiva.

-Creo que te tengo que agradecer, por alertarme. Pero no entiendo como es que trabajas con el, ¿No recuerdas quien es?- el me había salvado de Rodrigo cuando intento abusar de mi y ahora trabajaba con el por eso mi pregunta.

-Se que lo conozco pero no recuerdo de donde- me dice con el seño fruncido.

Amo cuando pone esa cara de confusión. Ay no, borrar eso también.

-Es el chico que quiso abusar de mi esa vez en el club- digo cabizbaja, no me gusta mencionarlo.

-¿¡Que!? Imposible, dime que estas mintiendo- se paró de golpe y ahora me apuntaba, no cree lo que le digo.

-Es verdad, ayer tuvimos un enfrentamiento fue horrible- le dije triste, me estoy haciendo un poco la víctima.

-Dime que no te hizo nada- tomo cada lado de mi cara, se le veía preocupado.

-No, sólo hablamos pero dijo que iba a ser como "mi peor pesadilla"- corri mi rostro, aunque me sentía cómoda no quiero que piense que lo perdone.

-Entiendo, hagamos una cosa yo hoy trabajo así que le diré que todo está hecho, si te lo encuentras no discutes- asenti.

-No quiero tener que aguantar sus abusos por no terminar muerta en una sanja- dije y sentí como una lágrima caia por mi mejilla.

A pesar de que se lo que es que se sobre pasen, pienso en esas chicas que se resistieron y sus vidas se fueron en eso. Por revelarse ante el hombre pagaron las consecuencias, cuando esto no tendría que pasar.

-Tranquila, yo te voy a cuidar- depósito un beso en mi mejilla.

Me puso la mordaza de nuevo y lo mire confundida, se supone que ya dijo todo.

-Perdón, nunca quise lastimarte ni jugar con tus sentimientos. Fui una porquería y lose. Pero desde que no te veo siento un vacio que no se puede llenar con nada, cada vez que te veo tengo una batalla interna por correr a verte, a abrazarte, quiero ir cada noche a tu casa, contarte todo sobre mi madre y que me digas que todo va a estar bien. Quiero poder ser el causante de tus sonrisas y que te sonrojes cada vez que intento robarte un beso, eres la niña que choco conmigo un día tan normal como cualquier otro. Esa que puso mi mundo de cabeza y que me di cuenta de lo especial que era hasta que la perdí. Yo simplemente te extraño.

Mi Tutor Es Mi Cuñado✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora