Capítulo 12 | Mensaje.

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GIANNA

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GIANNA

La música fuerte retumba en mis oídos, haciendo que me despierte de mal humor. Intento descifrar el origen de tal sonido, pero no logro dar con nada.

Miro la hora en mi celular: 11:35 a.m. Es sábado y se supone que es un día de descanso, pero en este momento no parece serlo.

Con mala cara bajo las escaleras y encuentro a mi papá viendo la televisión.

—¿Sabes de dónde viene esa música tan fuerte? —pregunto. No logro abrir mis ojos del todo, por lo que lo veo medio borroso.

—Seguro son los hijos de los vecinos, ya los conoces —responde con indiferencia. Ruedo los ojos, sabiendo que no puedo hacer nada contra ellos y me dirijo al baño para intentar despertarme.

Luego de estar un poco mejor —y aún enojada con los vecinos— decido comer algo rápido, porque mi estómago no para de quejarse. Tomo un paquete de galletitas y como algunas.

Hoy va a ser un día aburrido, excepto a la tarde, ya que es la fiesta de Lukas. Decidimos que Aisha vendría por mí e iríamos juntas, y Axel nos encontraría en la entrada de la casa. Sólo espero que podamos pasárnosla bien.

                           [...]

Estoy en diez.

El mensaje de mi mejor amiga entró en mi teléfono, demostrándome que en poco tiempo estaremos rumbo a la fiesta.

Decidí vestirme, asi esperaría a Aisha lista, pero no pude hacerlo. Me probé la bikini que más me gustaba, y una inseguridad se instaló en mi pecho. No tengo la menor idea de por qué, pero no me siento cómoda con ella puesta, menos lo haría en público.

Me siento en el borde de la cama sin saber qué hacer, ansiosa ya que mi amiga llegaría en poco tiempo. Frustrada, agarro mi celular y empiezo a revisar notificaciones aleatorias para no enojarme y decidir no ir a la fiesta.

De la nada, dos golpes sutiles se oyen en la puerta.

—¿Puedo pasar? —La voz de mi mamá hace acto de presencia, y, sin esperar a que yo responda, entra a mi habitación—. ¿Qué ocurre? —Ella notó que no estoy de la forma normal en la que estaría antes de una fiesta.

—No me siento segura con la bikini —pronuncio con indiferencia, encogiéndome de hombros.

—¿Qué es lo que te hace sentir incómoda? —interroga con un tono suave y comprensivo.

—No lo sé, no me gusta como me queda, me hace sentir muy insegura. Mi cuerpo no se amolda bien a la bikini —bajo mi cabeza y me cubro con las manos.

—Escucha, Gia, sabes que no existe un tipo de cuerpo perfecto, y que no debes sentirte mal con ello. Tienes que verte en el espejo y sentirte la más linda junto con tu bello traje de baño. —Mamá me sonríe calidamente—. No te avergüences de tu cuerpo, porque al fin y al cabo es tuyo y de nadie más. Eres perfecta a tu manera, y nadie puede decirte qué hacer o no con tu cuerpo. Debes aprender a amarte y respetarte como eres, eso es lo más importante.

Olvidándome de ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora