Capítulo 23 | Interés.

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You think that we should hoook up
but i think what we should not.
You had me at "hello", then you opened
up your mouth.

Victoria Justice & Elizabeth
Gillies - Take a hint.

Victoria Justice & Elizabeth Gillies - Take a hint

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GIANNA

La llamada de Aisha da vueltas en mi cabeza, como si fuera una calesita. Su voz, entre ansiosa e impaciente, me avisó que Samuel —el chico hacker— obtuvo más material sobre el responsable de los mensajes. Según lo que él le contó, la dirección del desconocido coincide dos veces por semana en la casa que fuimos hace unos días.

Siento que cada vez estamos más cerca; que, a pesar de no tener mucho con lo que investigar, vamos a lograr atrapar a ese infeliz. 

Espero a que dé el reloj a las cuatro y salgo corriendo a casa de Ash, quiero llegar lo antes posible.

Mientras llevo a cabo mi recorrido, me permito admirar el paisaje de las calles y aceras de la ciudad. Los árboles semi desnudos con sus débiles ramas a la vista son el principal espectáculo del lugar, y yo, como espectadora, me dejo llevar por los hipnotizantes colores de las hojas secas y dispersas por todo el suelo. El brillante y cálido sol cubre con sus rayos a la ciudad y hace de este día uno fantástico.

Una brisa de aire me rodea y provoca cosquilleos en mi cuerpo. Sonrío por inercia. A su vez, mueve unas cuantas hojitas que están sueltas y las transporta hacia otro lugar.

Sumergida en esas pequeñas cosas paso los minutos de camino a casa de mi mejor amiga en un abrir y cerrar de ojos.

Es el momento.

                              [...]

—Sí, chicos, como le conté a Aisha, el dueño del número enlazado a los mensajes se encuentra dos veces por semana en esta dirección —dice Samuel señalando a un punto en el mapa digital—. La mayor coincidencia es que todas esas veces señalan la misma hora. No entiendo por qué, pero el localizador no funciona cuando intento ver qué días está ahí —agrega.

Un silencio absoluto cubre a la cocina de Aisha, como si fuera una manta.

—Faltan quince minutos para que sean las cinco, que es el horario del desconocido, ¿quieren ir hasta esa casa otra vez? —consulta Nicholas, el hermano de mi amiga, mirándonos a nosotras dos.

Giro mi vista hacia la morena. Está nerviosa. Asiento lentamente y ella también lo hace.

—Sí, vamos.

Todos asentimos, de acuerdo con la decisión de Ash.

—Tendremos que armar algún plan para lograr atraparlo —comenta Samuel.

—Pienso que lo mejor es que nos dividamos en grupos de dos y rodeemos la casa —opina Karim, quién últimamente también forma parte de la investigación. Fija su vista en mí y entiendo el por qué lo hace.

Olvidándome de ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora