Narra Pilar
Jorder!
Pienso mientras que las nauseas me hacen levantar de la cama con prisa. Cierro la puerta del baño de un portazo y me arrodillo frente al váter para volver lo poco que había en mi estómago.
No tengo ni idea de qué hora es, solo sé que tengo frío y no es para menos estoy desnuda y la temperatura de afuera deve ser congelante. Me pongo de pie, y me envuelvo en la toalla que encuentro colgado en el baño y voy hacia el lavamanos para lavarme los dientes y la cara. Me miro en el espejo y veo el desastre que soy, cabello totalmente desordenado por culpa de Purre y su manera de enredar sus dedos en él, ojos cansados a causa de habernos ido dormir casi cuando estaba amaneciendo, y sobre todo una contractura de los mil demonios que hace que cada vez que me mueva, suena algo en mi espalda y cuello.
- Amor, te encuentras bien?
Pregunta Purre del otro lado de la puerta y antes de que su interrogatorio continúe, decido abrirle.
Sus ojos me miran confundido mientras que yo sonrío al verle su bóxer puesto.
- Estoy muerta de cansancio, contracturada, con mucho frío, nauseas, pero sí estoy muy bien..
Digo de manera sarcástica y se sonríe.
- Ven. Me pide ofreciéndome su mano, la cual sin dudas la tomo y luego él me abraza contra su pecho. - Tienes que descansar, anoche ha sido increíble, pero tenemos que recordar que ahora no eres solo tú.
Me dice mientras me lleva hacia la cama.
- Amor, no seas exagerado. Le regaño mientras nos acostamos nuevamente en la cama, pero él se separa de mi un instante para levantarse de la cama. Le observo buscándome ropa y no puedo más que sonreír. - Que horas és?
Cuestiono mientras le miro.
- 12:30 del mediodía.
Me responde cuando regresa a la cama con mi ropa y comienza a vestirme tal como se fuera una niña pequeña.
- Creí que te gustaba desvestirme
Comento entre risas.
Purre me mira a los ojos mientras desenreda la toalla después de haberme puesto una camiseta suya y me sonríe.
- Lo disfruto más, pero ahora creo que necesitas descansar.
Explica.
- Necesito comer, tengo hambre
Me quejo ayudándole a ponerme la ropa.
Se sonríe.
- Y que se antoja comer?
Me pregunta con picardía.
Le miro mientras ahora sube el pantalón de mi pijama por mis piernas y yo le ayudo levantándome un poco con la ayuda de mis brazos.
- Sabes que siempre se me antojara mi novio, pero eso tendrá que esperar, ahora me muero por una pizza estilo neoyorquina con muchísimo queso.
Explico entre risas que le contagian.
- Un antojo por el embarazo?
Cuestiona y tan solo encojo mis hombros cuando él ya comienza a cubrirme con el edredón.
- Creo que sí, porque la pizza que quiero es justamente una que venden en la pizzería que está a la vuelta de aquí.
Explico.
- Y supongo que deberé ir a buscarla
Dice y me sonríe.
- Exactamente.
Digo como una niña pequeña que pide un regalo a sus papás.
- Algo más que quieras?
Purre me pregunta y me toma por sorpresa.
- Iras a buscarla en verdad?
Pregunto sin poder dar crédito y él asiente.
- Por supuesto, tengo que cumplirte tus antojos, no? Quién soy yo para negarle este antojo?
Se explica riendo.
- Ay, te amo!
Digo feliz.
- Y yo a ti amor, quieres algo más? Insiste y yo asiento. - Qué?
- Tiramisú, allí mismo lo venden.
Le pido y él ríe.
- Dale, me ducho rápido me cambio y voy por ello, y tú descansas si?
Me pide y antes de levantarse de la cama, el deposita un beso en mi frente que me hace sonreír como una tonta.
Purre se marcho hace unos cuentos minutos y mientras tanto yo sigo acobijada entre las sábanas y mantas en esa cama que siente el paraíso con lo cansada que estoy, pero como siempre mi mente no se detiene y sigue pensando en la letra de la canción que hemos comenzado a componer.
Tarareo melodías en mi cabeza y digo frases en el aire, pero el ruido del timbre irrumpe mi solitario momento y imagino que mi queridísimo novio ha olvidado las llaves del piso.
- Ya voy!
Exclamo mientras me desenredo de las sábanas y luego voy hacia la puerta.
Abro sin siquiera mirar por la rendija, cuando frente a mí lo veo a él.
- Ya no me saludas?
Me pregunta mirándome fijamente con esos ojos verdosos que tanto conozco y sé que ahora me miran con rabia.
- Luis, vete de aqui. Le exijo y intento cerrar la puerta, pero él me detiene y entra al piso. - Escucha, tienes una orden de alejamiento, no te conviene estar aquí.
Intento explicarle, pero al parecer a él no le importa.
- Escúchame Pilar. Me dice dando unos cuantos pasos más hacia mi y yo doy la misma cantidad hacia atrás. - Necesito que me lo digas.
- Qué es lo que quieres, Luis?
Pregunto muy asustada cuando sus manos ahora sujetan mis muñecas con fuerza.
- Ese hijo que esperas. Dice y hace una pausa. - Es mío?
Me pregunta y niego.
- No.
- No me mientas Pilar!
Me grita y comienza a zarandearme hasta que mi espalda golpea contra la pared.
- Suéltala imbecil! Escucho a Purre gritar y cuando levanto mi mirada, le veo lazándose contra él hasta que lo agarra del cuello de su abrigo y lo arrincona contra la pared donde me ha golpeado. Lo único que consigo hacer es levantarme del suelo y alejarme de ellos. - No vuelvas a acercártele, te lo advierto. Y ahora, responderé yo a tu pregunta, no, ese hijo no es tuyo. No vuelvas a insinuar una cosa así porque te juro que te matare.
Le grita Purre mientras ahora lo arrastra hasta que lo hace salir del piso y cierra la puerta para luego venir conmigo.
- Te encuentras bien? Te has hecho daño?
Me pregunta sujetando mi rostro con cuidado y asiento.
- Sí, sí ha sido solo el susto.
Digo y puedo ver que él está igual de asustado que yo.
- Dale, ahora ven come tu pizza y tú tiramisú, yo arreglare todo para que nos vayamos de aquí.
Me dice de la nada.
- Qué? Dónde piensas ir?
Pregunto confundida.
- Irnos, los tres, tú, yo y él bebe.
Dice llevando su mano sobre mi vientre.
- Pero...
Intento decir.
- Pero nada Pili, tu seguridad es lo más importante y acerca de él no estare tranquilo, ahora vamos.Me dice haciendo que vayamos hacia la mesa como si nada hubiese sucedido aquí.