63

311 38 5
                                    

Narra Pilar

Verle Purre caminando de un lado al otro de la habitación mientras habla por teléfono con mi padre me está poniendo los nervios porque no dice nada, acaso mi padre está hablando solo o qué? Me levanto de la cama para intentar acercarme a él y escuchar algo de lo que dice mi padre, pero el sale de la habitación sin decirme nada.
Qué me estás ocultando?
Y si mi padre le está haciendo otro escándalo como el de la otra vez y Purre no quiere decir nada para no preocuparme.
Vuelvo a acostarme en la cama y intento no estresarme más por la situación, he estado leyendo entre viaje y viaje, que todo lo que sienta la mama se le transmite al bebe y hay ocasiones en que esto puede afectarle negativamente. Definitivamente no quiero que nada le suceda a nuestro bebe.
Los minutos siguen pasando y Purre aún sigue afuera hablando con mi padre. De qué tanto hablaran? Me pregunto y tomo mi celular para intentar despejarme un poco revisando las redes sociales y notificas las cuales hablan de todo un poco, incluyendo muchas cosas hablando acerca de lo nuestro.
La puerta de la habitación se abre y Purre entra ya con su móvil en la mano y sin decir ni una sola palabra se acerca a la cama. 
- Es un secreto lo que hablabas con mi papá o qué?
Pregunto de manera sarcástica. Él se sonríe y no entiendo porque. 
- Puede ser.. te enfadaras conmigo si no te digo de que hable con él?
Me pregunta ya sentándose en el borde de la cama y solo le puedo mirar tolamente confundida por su actitud. 
- No ha discutido?
Indago.
- No puedo decirte nada.
Insiste y juro que no puedo con él, ahora guarda secretos con mi padre?
- Dale, no me cuentes nada si no puedes. Digo y olvidaba lo tercos que solíamos ser cuando cada uno se ponía firme en su posición por llevar la razón.  - Si no te molesta, me ire a caminar un poco.
Digo levantándome de la cama.
No quiero discutir con él, realmente no lo quiero y no porque no tenga los argumentos para hacerlo, sino porque no quiero prejudicar a mi hijo.
- Pero, no te enfades conmigo.
Le escucho decirme mientras me alejo a él. Estoy llegando a la puerta de la habitación, cuando decido darme la vuelta y verle a la cara.
- No me pidas eso, tú sabes cómo odio los secretos y todo eso..
Me explico. 
- Pero Pilar, es que se lo prometí a su padre.
No puedo creer lo que me dice. 
- Y desde cuando cuando tú y mi padre tienen secretos? Acaso no lo recuerdas que no he aceptado lo nuestro?
Le pregunto en un intento por refrescarte la memoria.
- Pili..
Dice y respira profundo.
- Pili nada, si tu eres terco, yo soy muy mucho más y realmente no quiero seguir hablando, me iré a caminar y despejar un poco.
Explico y salgo de la habitación y cierro la puerta detrás de mí .
Si hay algo que Purre y yo somos, es tercos y eso definitivamente nos juega contra. Se perfectamente que la mejor manera de que esto no nos perjudique como pareja, es tomar una leve distancia para pensar mejor las cosas, pero por más que las pienso no entiendo. Que secreto es el que puede tener con mi padre? Sobre todo, después de lo que ha ocurrido en España la última vez que nos hemos visto a la cara.
Mi vida se ha convertido en una locura absoluta, desde mi regreso, todo ha pasado tan rápido que no he tenido ni tiempo de pensar en todo lo ocurrido, ha sido demasiado para mí y a veces sinto que estoy a punto de estallar, pero no puedo, tengo un pequeñito ser humano dentro de mi que me necesita más que nunca.
- Pili? Pero, qué haces aquí?
Escucho que me pregunta una voz muy familiar y al abrir mis ojos, veo a Matías.
- Matti! Digo con mucho ánimo mientras lo abrazo. - Qué sorpresa! Pero, qué haces tú aquí?
Cuestiono mirándole detenidamente. Su sonrisa sigue siendo la misma de hace años.
- Yo estoy a trabajo,  y tú? Hace años que no te veía.
Él explica.
- Wow que bueno!! Digo divertida. - Yo... bueno, es una larga historia de contar, pero estoy con Purre.
Explico.
- Trabajas con él?
Me pregunta sorprendido.
- Mmmm.. algo así, digamos que soy tu novia.
Explico y sus ojos se abren de par en par.
- Novia? Que bueno Pili! Felicidades. Me dice animado. - Y será que te puedo invitar a un café para ponernos al día o te traerá problemas con él?
Me propone.
- Sí vamos por un café, necesito despejarme, además hace mucho que no te veo.
- Desde la beca en New York...
Intercede.
- Sí, quiero que cuéntame todo, buenos vamos?
- Vamos, hay un café aquí cerca.

Me explica y sin mucho preámbulos comenzamos a caminar para ir allí.

Acuédarte de Mi! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora