Volviendo al cuento Pt.2

206 31 4
                                    

En cuanto Tin se fue dejándome en la puerta de la universidad solo pasé a las oficinas a preguntar sobre el papeleo de inscripción y me fui, ya que realmente no iba preparado para ir y solo lo había dicho como una excusa para poder zafarme de la situación incómoda con su madre. Camine por un largo rato hasta que el frió comenzó a hacerse más gélido, hasta terminar en una pequeña tienda de conveniencia comprando algunas golosinas y algo para comer.

Una vez que Salí de ahí me fui directo a casa ya que el frió se estaba poniendo cada vez más helado, y mi suéter no era lo suficientemente grueso como para abrigarme. Si me madre aun siguiera junto a mi seguramente ya me hubiera reprendido por ello.

En cuanto llegué a casa hice algo de comer con lo que había comprado, mientras comía de una bolsa de papas y tarareaba una canción que había escuchado en la tienda de conveniencia. Una vez que termine de cocinar, prepare la mesa y encendí la contestadora, teniendo un mensaje de papá.

<<Cantalupe mañana mas tardar tiene que llegar la mudanza para que no salgas por la mañana. Se responsable y no salgas tarde>> Fue lo que decía mi padre por la contestadora mientras caminaba con mi plato hacia la mesa.

Tal vez mañana visite a Fluke y Sammy.

.

.

El día de ayer se había pasado bastante rápido entre golosinas y programas de televisión, mientras que hoy espere la mudanza toda la mañana mientras desayunaba, pero como jamás llego, lave los platos del desayuno, prepare mi mochila y Salí de casa con rumbo al cementerio ya que quería ver en que condiciones estaba la tumba de mi madre, aunque seguramente estaba deplorable.

Camine por entre las tumbas, algunas decoradas con flores y dulces y algunas otras ya casi no se notaban entre la hierba seca y suciedad. Solo espero que la de mamá este en mejores condiciones.

Solo que antes de poder llegar a ella me detuve unos pasos antes al ver a una persona frente a su lapida. Acomodaba un hermoso ramo de flores color morado sobre esta, para después pasar un pequeño pañuelo de tela, limpiando el polvo y tierra.

Era Tin quien tomaba asiento sobre el húmedo césped juntando sus manos en señal de estar rezando alguna oración para ella.

—En esta ocasión son orquídeas— Dijo una vez que termino su oración, dejando salir una pequeña sonrisa —Creo que eran sus favoritas.

¿En esta ocasión? Ósea que ha venido en más de una ocasión.

Mi madre no era muy amante de las flores, pero cuando observaba los ramos de orquídeas en las tiendas solía comprar uno para decorar la mesa, mientras yo arrugaba la nariz por el aroma desagradable a flor y Tin admiraba el ramo mientras comía de las galletas que mamá nos horneaba. Una pequeña risa salió de mi ante el recuerdo.

Oh bueno quizá no fue tan pequeña ya que en cuanto mi risa paro pude notar la mirada del castaño sobre mí, su nueva he intimidante mirada.

—Hola— Salude algo nervioso, acercándome a paso lento hasta donde estaba.

—Hola Can— Dijo dándole paso a aquella sonrisita traviesa.

.

.

Una vez que Tin había terminado de arreglar la tumba de mamá, ambos salimos del cementerio y comenzamos a caminar sin rumbo por la calle mientras tratábamos de sacar un tema de conversación.

—Entonces viniste a visitar a tu madre— Dijo Tin mientras sacudía sus manos sucias de tierra sobre su pantalón —Es por eso por lo que te mudaste acá.

—Si, esa es una de las razones— El castaño se mordió el labio inferior cómo si se estuviera conteniendo en preguntar más —¿Y tú? ¿A quién venias a ver? —Pregunte un tanto curioso.

—Es la madre de mi mejor amigo— Contesto desviando la mirada —Ella murió hace algunos años por lo que de vez en cuando voy a visitarla y dejarle flores.

—¿Qué paso con tu amigo? — Volví a preguntar.

—Cuando su madre murió el se mudo a Bangkok con su padre— Tin hizo una pausa para mirarme de una manera que no supe descifrar —Y jamás volví a saber de él.

—¿Lo extrañas?

—¿Debería? — Soltó con desprecio arrugando la nariz con molestia —Para siempre fue mi mejor amigo, pero yo para el siempre fui una molestia.

Claro que no, nunca lo fuiste.

—Tal vez lo malinterpretaste— Dije, sujetando las correas de mi mochila con nerviosismo.

Tin negó con la cabeza —Aunque nunca me lo dijera simplemente sabía que así era. Así que cuando supe que se iba a mudar fui a visitarle y esa fue mi forma de despedirme.

—Ya no has hablado con él, supongo.

—No y así está bien para ambos— El castaño detuvo sus pasos frente al cruce peatonal frente a nosotros —Tengo que ir al invernadero así que...

—¡Ah! Si está bien— Me apresuré a decir —Nos vemos luego.

—adiós Can— Se despidió con una leve sonrisa para después cruzar la calle en cuanto el semáforo paso a rojo.

Y ahí estaba yo de pie entre la multitud y el viento frio soplando, mientras me preguntaba que era lo que le hacia pensar que yo pensaba así de él.

—¡Cannie! Oye Cannie, ¿eres tú? — Grito una voz un tanto lejos de mí.

Me di la vuelta encontrándome con una chica de cabello castaño claro y un chico de cabello corto y tono moreno; ambos saludando hacia mi dirección mientras sonreían con emoción.

¡Eran Sammy y Fluke!

—¡Te dije que era el! — Grito emocionada Sammy para después correr a abrazarme —¡Hay no puedo creer que estés aquí!

—¡Wow sí que has cambiado!— Alago Fluke mientras me guiñaba un ojo.

—En cambio tu sigues siendo igual— Conteste, separándome del abrazo de Sammy.

Los tres reímos ante mi comentario y comenzamos a conversar mientras caminábamos, mas sin embargo no dejaba de pensar en Tin.

¿Que esta sucediendo contigo?

Realmente me odias

--------------------------------------------------------------------------------------------------------


Orange and Blue: Cuentos para niños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora