18. Cuentos para las estrellas.

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pov's Tin

—¿Qué quién va a qué...? — Pregunte algo exaltado mientras caminaba a la par con Hyun, y ambos sosteníamos bolsas con pinturas y lamparitas de luz fosforescentes.

—Que invite a Can a la fiesta y dijo que si— Respondió con simpleza el pelinegro, virando los ojos —Así que ahora no tienes excusa para asistir.

Dejé salir un suspiro y detuve mi paso para mirar a Hyun —Sabes muy bien que no puedo ir a esas fiestas.

—Si es por tu mamá no te preocupes. Ella cree que vas a estar conmigo en mi casa comiendo pizza— Contestó orgulloso mientras se apuntaba así mismo.

—Bueno eso resuelve un problema, pero parece que olvidas otro— Conteste mientras apuntaba al auricular en mi oreja —La música terminara con la poca audición que me queda— Dije en una risa sarcástica mientras Hyun me miraba pensativo.

—¡Ya se! — Exclamó para después acercarse a mí y quitar el auricular de mi oreja —Así está mejor ¿No?

Negué con la cabeza mientras fruncía el entrecejo con molestia, lo último que necesitaba para hacer mi día mejor era quedar totalmente sordo de un oído.

—Solo será por hoy— Me dijo, o fue lo que alcancé a escuchar, para después tomarme por la muñeca y comenzar a tirar de ella.

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Una vez que llegamos al parqué donde la fiesta se llevaría acabó, Hyun y yo ayudamos a colocar algunos adornos fosforescentes en forma de estrella por los árboles cercanos, y una que otra mesa con vasos, sodas de todos sabores y una que otra botella de tequila é ron, y mas mas con la lamparitas fluorescentes y la pintura para el rostro y ropa.

Esta fiesta se llevaba a cabo cada año antes de que comience el invierno, siempre de noche debido a que su temática eran las luces fosforescentes y en la cual -según Hyun- era muy divertido pasar el rato conociendo a mas chicos y chicas de nuestra edad. Por mi parte jamás había asistido a una, aunque siempre ayudaba a Hyun a comprar las luces y decoraciones para el parque del que desconozco si tienes el permiso de usar.

—¡Ya están llegado!— Grito Hyun muy cerca de mi por lo que pude escucharlo, seguido de un zumbido fuerte pero que parecía escuchar de lejos. 

Quizá sólo era la música.

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Ya había pasado un buen rato desde que la fiesta había comenzado, más sin embargo yo no había podido hacer más que tratar de escuchar lo que Hyun hablaba conmigo, y admirar a las personas que bailaban con la cara y ropa manchada de pintura brillante color rojo y azul junto a las estrellas de plástico reluciendo.

—¡Vamos... bailar!— Grito el pelinegro tomándome del brazo y apuntando hacia el grupo de personas.

Estuve a punto de negarme cuando apareció Can, asomándose entre la multitud mientras miraba hacia los alrededores como si buscara a alguien.

Hyun tiró de mi brazo para acercarnos a Can, quien dejó ver una pequeña sonrisa al vernos.

Pov's Can

En cuanto llegué al parqué donde sería la fiesta, pude ver rápidamente a Tin quien parecía un tanto incómodo mientras el enano le tomaba por el brazo y apuntaba a el montón de personas bailando justo en medió del círculo de mesas.

—¡Si viniste!— Gritó el enano una vez que estuve junto a ellos —¡Diviértanse juntos!— Agregó para después salir corriendo hacia la improvisada pista de baile.

Tin, -a diferencia de nuestras pasadas citas-, esta vez estaba luciendo una camisa púrpura con rayas blancas, unos jeans que le llegaban al tobillo y unos simples tenis negros, y bueno agregando que su ropa y cara ya estaba manchada con aquélla pintura brillante.

—Hola Tin— Salude pero a diferencia de lo que esperaba, Tin solo frunció el entrecejo algo confundido —¿Me estas escuchando?— Pregunté a lo que él negó con la cabeza y apuntó a su oído.

Su auricular no estaba.

Tome a Tin de la mano y nos alejamos de la fiesta, no lo suficiente como para no escuchar la música que sonaba pero si lo necesario para que el castaño dejará de sentirse incómodo. Ambos tomamos asiento en el césped algo húmedo y pude escuchar como Tin dejaba salir un suspiro aliviado.

—Gracias...— Dijo de forma algo temblorosa, para después sacar el auricular de uno de los bolsillos de su pantalón.

—¿Porque viniste aquí?— Pregunté una vez que se colocó el aparato.

—Solo quería hacer algo diferente— Respondió algo avergonzado —Pero no fue lo que yo esperaba. Es más divertido ir al mirador o pasear en bicicleta al atardecer.

—Supongo que este no es tu ambiente— Dije dejando escapar una risilla —Es algo ruidoso pero las luces fosforescentes le dan un buen toque.

Tin miro su ropa manchada con la pintura brillosa un momento, para después igualmente sonreír con diversión y dirigir su mirada hacia el cielo obscuro, con apenas unas cuantas estrellas visibles.

—¿Aun las tienes? — Pregunto rompiendo el momentáneo silencio que se había formado entre nosotros —Las estrellas.

—¡Oh! Eso... Si aun las tengo— Dije desviando mi mirada hacia el césped, comenzando a jugar con las hiervas —Ya no brillan, pero siguen decorando el techo.

—Ya veo— Respondió con serenidad y sin mover su mirada del cielo.

Le mire un momento, su rostro estaba pensativo mientras sus dedos se movían un tanto inquietos sobre el césped y la tierra húmeda; conociéndolo seguramente se estaba deteniendo en preguntar sobre algo, quizá creyendo que me llegaría a molestar. Aun así, no quería presionarlo a que me contara sobre ello, después de todo aun estaba recuperando su confianza.

—Cuando te fuiste de la escuela me había sentido muy solo— Murmuro el castaño mientras juagaba con la tierra húmeda —Creí que mi vida volvería a estar solitaria. Pero luego conocí a Hyun.

Mis labios se fruncieron involuntariamente en una mueca al escuchar el nombre del enano.

—Es muy ruidoso y terco, pero fue la segunda persona en entenderme— Dejo de jugar con la tierra volviendo sus ojos ahora a sus manos sucias de tierra —Así que creo que estoy bien ahora.

¿Estás bien ahora? Entonces ya no me necesitas mas ¿verdad?

—También quiero pedirte una disculpa— Esa mirada marrón se dirigió a mi con un semblante amable —Por mi culpa nunca lograste estar bien con Fluke, porque él te gustaba— Una sonrisa linda y a la vez triste sonrisa ilumino su rostro —Ahora me alegro de que puedan volverse a ver y ten por seguro que no seré un estorbo de nuevo.

—Nunca lo fuiste— Solté con algo de molestia, pero antes de que pudiera decir algo más, Tin negó con la cabeza y se levantó del césped.

—Hay que jugar un juego— Agrego esta vez más animado —Me lo enseño Hyun cuando nos aburríamos en el invernadero.

Me levante del césped también y mire el rostro de Tin; las manchas de pintura brillaban en su rostro y ropa, haciéndolo ver aun mas llamativo, como si aquella pintura fuera el aura de una hermosa estrella que apenas a aprendido a brillar por sí solo.

—Bien ahora cierra los ojos— Le obedecí cerrando mis ojos, escuchando solo su voz pronunciando los números comenzando con el uno y finalizando con el diez.

Después de ello un leve silencio se hizo presente, dejándome solo sentir un suave y algo húmedo contacto sobre mis labios. Solo que este apretón de labios era un poco mas íntimo, ya no sabia a uvas sino a menta y ahora sus manos ya no sujetaban mis hombros sino mi rostro.

Tin me estaba besando.

Unos segundos duro aquel contacto para que después no sentir mas que la brisa del aire, y al abrir mis ojos no ver nada mas que el brillo lejano de aquella estrella alejándose rápidamente.



Orange and Blue: Cuentos para niños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora