23. ¿Final Feliz?

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Pov's Can

Era un viernes por la tarde exactamente, ambos estábamos en casa preparando el almuerzo. Tin preparaba la mesa con los platos, cubiertos y un pequeño ramo de prímula mientras que yo esperaba a que las galletas en el horno estuvieran listas y daba unos últimos detalles al arroz y banderillas de carne de cordero.

—¡Esta listo! — Me llamo el castaño asomándose por la entrada de la cocina —¿Necesitas ayuda?

—No, ya estoy terminando— Respondí, girándome hacia donde estaba —Me ayudas con el arroz— El asintió en respuesta, tomando la arrocera y llevándola a la mesa y conmigo caminando detrás de el con las brochetas y algo de verdura salteada.

—¡Wow! Ahora eres organizador de eventos— Dije mientras reía bajito, al ver lo bien que había acomodado todo.

El solo me devolvió la sonrisa y tomo asiento comenzando a servir todo en cantidades exactas sobre los platos, comenzando así a comer mientras platicábamos y hacíamos un par de bromas entre nosotros.

—Oye no hueles a que algo se quema— Se quejo el castaño mientras fruncia el entrecejo.

Me quedé pensando unos momentos hasta que recordé de donde provenía aquel olor —¡Las galletas! — Grite para después salir corriendo a la cocina seguido por Tin.

Me puse el guante y saqué la charola de galletas de la mesa dejándola sobre la mesa, observando como lucían totalmente quemadas de la parte superior y el chocolate en trozos que había puesto estaba completamente derretido.

¡Que desastre! ¡Ahg!

—Esto no luce nada bien para mi examen— Murmure con decepción.

—Bueno, mira el lado bueno— Dijo Tin, para después embarrar sus dedos del caliente chocolate quemado —¡Puedo hacer esto! — El castaño embarro aquel dulce sobre mi cara para posteriormente salir corriendo.

—¡Oye vuelve aquí! — Grite tomando un poco de aquel chocolate con mis dedos e ir tras Tin.

Ya habían pasado exactamente tres semanas desde que ambos habíamos hablado sobre nuestros sentimientos, después de ello ninguno de los dos ha vuelto a mencionarlo, sin embargo, algo en nuestra relación había cambiado para bien; pasando de unas ocasionales tardes juntos a vernos casi diario. También ambos nos estamos preparando para nuestro ingreso a la universidad, ya que iniciamos en dos semanas exactamente y bueno como es costumbre mía siempre quiero dar lo mejor y quiero animar a la persona que mas quiero a que también de lo mejor de sí.

Por otro lado, Tin también me conto que se iría a una universidad de Bangkok a cursar Literatura y Artes, y se quedaría en los dormitorios de ahí, mientras que yo me quedaría aquí a ingresar en Gastronomía después de un gran discurso de su parte sobre que debería seguir mis sueños y no solo ingresar en lo mismo que el por preocupación. Después de todo, esta vez sí nos mantendríamos en contacto.

Aunque eso de que seria un gran cocinero aún estaba en prueba.

—¡Toma eso! — Exclame divertido al ver su rostro manchado de chocolate mientras que lo mantenía acorralado en el sofá conmigo encima.

Su rostro estaba excesivamente brillante hoy, su sonrisa estaba tan ancha que lograba curvar sus ojos, su frente estaba ligeramente descubierta y su risa profunda zumbaba en mis oídos.

Era lindo.

Muy, muy lindo... era todo lo que podía pensar mientras besaba los labios de Tin y sentía sus manos sujetándome por la cintura.

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Pov's Tin

Ayer después de pasar el día con Can por fin pude contarle a mi madre el cómo me sentía respecto a él, obviamente y como esperaba no lo había aceptado por lo que entre gritos y una que otra bofetada me expreso cada descontento que tenia con ello. Así que al despertar hoy y despedirme de ella fue un tanto incomodo y triste; aunque realmente nada puedo hacer mas que esperar que con el tiempo cambie de opinión.

Hoy un sábado por la mañana con clima frio, una despedida amarga con mi madre y una enorme maleta esperaba frente a casa con la esperanza de que Can apareciera. Jugaba con las mangas de campera sin dejar de observar el camino.

Estuve a punto de darle vuelta y comenzar a caminar a la estación, cuando un grito me hizo quedarme en mi lugar.

—¡Tin! — Era Can, quien corría hacia mi con el cabello ligeramente despeinado y sujetando las correas de su mochila entre sus manos —¡Lo siento! Me quede dormido.

—Supongo que algunas cosas nunca cambian— Dije entre risas causándole una mueca molesta.

—Mejor vámonos ya— Hablo Can para después sujetar mi maleta de un extremo, mientras yo la sujetaba por el otro.

Caminando juntos de nuevo.

Tomando caminos distintos pero que al final nos volverán a unir.

Después de todo este no era nuestro final.

Era solo un nuevo comienzo.

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<<Dedicado a quien me mostro las estrellas de la forma más brillante...>>

T.M.


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Muchas gracias por leer esta historia 😉 <3 y quedarse hasta el final

Espero que les haya gustado 😊

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