Me importas, Millie.
Lunes 31 de marzo.
Narradora omnisciente:
Su mente estaba hecha un lío una vez más, estaba acostumbrado a ello, pero esta vez era distinto, por el simple hecho de que la castaña sea la razón.
Le había lanzado un chocolate, un Hershey's, lo importante es que era un Hershey's, sabía mejor que nadie que significaba un Hershey's en su amistad, ese símbolo de disculpas sin decir ninguna palabra, del recuerdo de su infancia tan pura e inocente.Supo que la había cagado en el momento en el que ella se lo aventó, solo podía significar una cosa, había tratado de pedir disculpas, su corazón dió un vuelco cuando se imaginó a Millie tratando de elegir las palabras correctas para disculparse, y el, el la había cagado una vez más, lo de siempre.
Pero esta vez el dejaría su orgullo de lado, si ella había tratado de hacerlo el también lo haría, no quería imaginarse lo que había sentido en el momento en el que lo vió con Tina, de alguna forma se sentía muy culpable.
Y ahí estaba, frente a la casa gran casa de los Brown, tratando de pensar que le diría, que haría, cada movimiento, cada palabra, cada respiración, cada paso, todo, absolutamente todo.
Suspiró, dándose fuerzas a si mismo para avanzar, tocó la puerta decidido, con todo el valor del mundo.
Aquello cambió cuando la vió salir, en piyama, una sudadera de lana gris y unos shorts negros junto a un rodete en el pelo y sus pies descalzos, se veía tan jodidamente adorable, sus piernas se hicieron gelatina automáticamente y tuvo grandes ganas de irse, como un cobarde, pero no lo haría, no ahora que la tenía enfrente y podía disculparse.
Millie lo vió y trató de volver a cerrar la puerta, pero el se lo impidió empujando para el lado contrario, por obvias razones -Una de ellas que la castaña estaba agotada- el ganó aquella lucha.
-¿Qué haces aquí?.-Preguntó cruzada de brazos, adentro de si misma estaba explotando de amor y odio al verlo ahí parado frente al umbral de su casa, había venido.
Por ella.
-Lo siento, Mills.-Fué al grano, sin rodeos ni ningun otro tema, solo necesitaba decir aquellas tres palabras para volver a sentirse contento consigo mismo.
-Es una puta broma, ¿No es así?.-Rió amargamente.-He tratado de arreglar esto hoy en la mañana y has actuado como un imbecil.
-Lo sé, y sé que ha estado mal, por eso estoy aquí. -Volvió a decir, un poco dolido a decir verdad por sus palabras, pero era Millie, Millie y su orgullo, difíciles de vencer.
-Oh no, eso de venir aquí y pedir disculpas lo puede hacer cualquiera, ¡Incluso yo traté de hacerlo! ¿Y qué me gané? Oh si, que vayas justo donde prometiste nunca meterte, vaya, que buen amigo.-Escupió, se sentía totalmente molesta, había pasado una gran humillación en el momento en el que todo el instituto vió como su supuesto mejor amigo se metía con Beck y aquello fue una de las peores cosas que le habían pasado.
Se lo había esperado de cualquiera, incluso de Sadie, ¿Pero Finn?, eso le había parecido tan imposible.
Vaya que nada es imposible.
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ÉLITE
Fanfiction𝐄|𝗘𝗻 𝗲𝘀𝘁𝗲 𝗹𝘂𝗴𝗮𝗿 𝘀𝗼𝗹𝗼 𝗵𝗮𝘆 𝘂𝗻𝗮 𝗿𝗲𝗴𝗹𝗮: 𝗡𝗼 𝘁𝗲 𝗺𝗲𝘁𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗹𝗼𝘀 𝗰𝗵𝗶𝗰𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗘𝗹𝗶𝘁𝗲 #1 Mileven|| 27 de Mayo #8 Fillie|| 25 de Mayo #1 Fillie|| 2 de Junio