ÉLITE

Sentimientos

Estaba de nervios.

─¿Está diciendo que usted no tuvo nada que ver?. ─Preguntó una vez más el oficial. Presionando por la verdad.

Una verdad que no saldría a la luz.

Nunca.

─Estaba con Gaten, en la fiesta, eso es cierto. Pero ninguno de nosotros las vió. ─Se defendió Noah, tratando de no quebrarse. De sonar claro. De no titubear y hablar sin dudar.

Dolía como la mierda.

Sentía que le faltaba algo importante, se sentía impotente.

Incluso su mente rugía por soltar lo que de verdad había pasado esa noche, quería gritar desde lo más profundo que habia sucedido. Quería dejar de sentirse tan miserable por no lograr salvarla.

─¿A qué hora se fueron?. ─Acotó el, tratando de incomodarlo, acercándose.

─Cerca de las dos. Poco antes de que suceda.

─A parte del joven Matarazzo, ¿Hay alguien que pueda corroborarlo?.

─Todos nuestros amigos estaban en la fiesta. No con nosotros. Pero estaban ahí. Pero obviamente, usted no confía en ellos, ¿Por qué se supone que parecemos culpables?. ─Atacó el castaño. Poniendo ambos codos en la mesa y recostandose en ellos.

─No tenían una buena relación con la señorita Tina Beck.

Automáticamente Schnapp tuerce los ojos como si le hubiesen dicho lo más estúpido del mundo.

─¿Y la otra chica? Porque le recuerdo que son dos, y una de ellas era nuestra amiga. ─Suelta, sonando más furioso de lo que creía. ─Recuerde esto. No desapareció solo una, y está actuando como si fuer así.

─Estoy haciendo todo lo que puedo.

─Y aún así, no es suficiente. ¿Se ha puesto a pensar en lo estypido que suena que vaya a preguntar sobre Beck y no sobre la otra señorita? Grabese en la mente de quien hablamos. Usted no sólo quedaría como idiota. Si no que diez personas se encargarían de fundirlo en la cárcel. Piense bien con quienes se mete, señor─Termina.

─No eres más que un niño.

─Yo soy un niño. Pero mi padre no lo es.

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Sentimientos.

3 de abril

Narradora omnisciente:

─A ver si entiendo, ¿Te cayó bien?. ─Preguntó ella incrédula, con recelo en su voz.

Ambos se encontraban tomando el mismo examen y aprovecharon el tiempo en el que el profesor salió en busca de las hojas para hablar.

Tina no podía caerle bien.

Era imposible.

─Si, Sads. Es graciosa. ─Contestó el castaño.

A decir verdad era cierto, no mentía. Había sido divertido estar con ella durante su pequeña pelea con sus amigos. No preguntó nada, solo estuvo ahí, sonaba normal.

─¿Acaso olvidas la parte en la que nos odia? De ley si alguien odia a tus amigos debes odiarlo.

─Oh por Dios, no la soportan porque las únicas veces que hablaron con ella, discutieron.

─Me siento bastante cohibida en este momento, pedazo de Noah. ─Exclama la pelirroja, fingiendo indignación.

El suelta una carcajada que retumba en todo el salón, atrayendo varias miradas de los demás presentes.