Pecas y celos.

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Pecas y celos.

Narradora omnisciente:

─¡Es que míralos, con sus estúpidas sonrisas de idiotas!. ─Protestó Millie a regañadientes, escondida entre las gradas, espiandolos.

Hacía una semana de la fiesta y solo pudo darse cuenta de algo: De verdad le gustaba Jaeden. A otro nivel.

Se había puesto a celarlo cada vez que su novia se acercaba a demostrarle afecto, toda su semana se resumió en lo asqueada que estaba por ellos.

─¿No puedes superarlo de una vez?. ─Bufó el pelinegro. Él había tenido que acompañarla a sus misiones de espía, y se arrepentía totalmente de venir con ella.

Soportó durante horas que se quejara de la rubia que ahora se emparejaba con su crush, incluso estaba totalmente harto de su mejor amiga solo por el hecho de obsesionarse tanto con ese idiota.

Tenía unas enormes ganas de gritarle, 'No te quiere, es un idiota' pero sabía de antemano que ella se molestaría y eso era lo último que quería.

─¿En qué momento empezó a hablar con ella?. ─Soltó la castaña una pregunta, no recordaba verlos hablar nunca.

─No lo sé. Lo que sí sé es que estamos corriendo riesgo de que se de cuenta de que lo seguimos a todas partes esta semana.

─No lo han notado. ─Contestó con simpleza.

─Cariño, yo creo que si alguien me sigue a todas partes, lo notaría. ─Respondió con obviedad.

Segundos después se dio cuenta de lo que había dicho.

Cariño...

¿Por Dios? ¿Qué le pasaba? ¿Acaso estaba loco? Agradeció al cielo que ella no había notado ese detalle.

Por estar mirando a Jaeden.

Capullo.

─Es que no sé ni como la gran Millie Bobby Brown terminó arrastrada por este. ─Enfatizó el.

─De verdad me gusta, ¿Okay?, sé que suena estúpido pero es así.

De repente no sabía por qué su estómago se retorcía al escuchar aquello, ¿Millie de verdad lo quería? ¡Pero si apenas hablaban! ¡Se suponía que siempre serían Finn y Millie! ¿Ahora serían Finn, Millie y Jaeden? Sonaba totalmente horripilante. Sin dudas él le caía muy mal, pero aún así, agradecía que se haya fijado en Lilia y no en su amiga. Sonaba egoísta, pero era cierto.

Bufó disgustado, ya no solo estaba incómodo por espiar a Jaeden, ahora también estaba molesto y sacado de onda.

─Me largo. ─Soltó, poniéndose de pié.

─¿Qué? ¿Por qué?. ─Preguntó la ojimiel, de todas las personas que la rodeaban quien menos se esperaba que la dejase sola era él.

Yo también quiero saber porque, pensó el de rulos.

La había visto salir con Jacob en el pasado, se había sentido celoso, pero no de esta forma. No le llegó a molestar su relación.

¿Por qué ahora sí?.

─Necesito salir de aquí, parecemos psicópatas. ─Admitió.

─¿Qué? ¿Vas a dejarme?.─Dijo aún sin poder creérselo.

─Mills, es suficiente por hoy.

Ella suspiró pesadamente. No quería aceptarlo, pero sí, Finn tenía razón. Parecía una demente siguiendo a un chico.

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