ÉLITE

Cita y imbecil.

Novios oficialmente.

Martes 1 de abril.

Narradora omnisciente:

Sus manos sudaban y su corazón latía a mil, Caleb siempre había querido tener algo serio con la pelirroja, y se había decidido a que se lo diría, después de todo, la primera vez que lo hizo no estaba en sus mejores condiciones, y quería hablarle mejor, explicarse.
Siempre había sabido que ella no salía con chicos desde que pasó lo de Ryan, o por lo menos no mantenía una relación  estable, nunca un noviazgo, solo uno que otro polvo y ya. Nada más.
Pensar en que ella podría rechazarlo y romperle el corazón no era lo que le asustaba, si no más bien que la razón sea su amigo castaño.
Es más que claro que estaba molesto con Noah, no dejaría de estarlo, pero ahora comprendía un poco más de que ese beso del que tan celoso estuvo no significó nada para ninguno de los dos, ni siquiera había contado como beso, ¿Verdad? Después de todo, ellos eran amigos y entendía la preocupación de la pelirroja por el.

Había planeado todo lo que debía hacer para que salga como quería, su primer plan fue decírselo el sábado, pero sabía que Sadie estaría en alguna fiesta, y no era el mejor ambiente para una declaración de ese tipo.

En especial por que tenía miedo de verla ligar con alguien.

Sin embargo, se estaba empezando a arrepentir de elegir una fecha tan cercana, invitarla a una cita sonaba genial, lo malo era que no quería que sus amigos lo sepan, o por lo menos, no todos.

Se estaba empezando a sentir mal por excluir tanto a Noah, pero sabía que si lo incluía algo podría salir mal.

¿Y si él se declaraba primero?.

No, eso era imposible, además, Sadie nunca había sentido nada por el, así que no era muy preocupante.

Más bien le daba miedo de que haya comenzado a sentirlo hace poco y el no se haya enterado.

─¿Estás bien?. ─Preguntó Tina llegando a su lado, tenía un semblante de "¿Qué demonios te fumaste?".

─Eh, sí. ─Contestó él de forma simple. No quería que Sadie los vea hablar. Eso lo arruinaría todo.

─¿Entonces por qué estás tan nervioso?.

─No es nada.

─¿Seguro?. ─Volvió a preguntar ella, arqueando una ceja.

─Sí. ¿Sabes? Debo hacer algo, hablamos más tarde. ─Acotó el Moreno yéndose hacia su objetivo pelirrojo.

Verla de lejos y saber que la había tratado de mal solo le ponía de malhumor, definitivamente ella era increíble y se merecía lo mejor.

Tomó una gran bocanada de aire y se lo tragó, para luego empezar a caminar hacia su amiga.

Amiga, que raro suena. Se dijo a sí mismo.

─Oh, hola Sads. ─Saludó poniéndose a un lado del locker de ella.

─Hola, me sorprende verte tan temprano. ─Recalcó la pelirroja con una sonrisa mientras tomaba sus libros de las próximas clases. Los cuales probablemente no usaría, pero debía portarlos por lo menos.

─A mi también me sorprende. ─Rió nerviosamente, ella le respondió con una sonrisa mientras miraba sus zapatos.

La verdad era que ella ya había deducido lo que sucedería debido al comportamiento extraño de su amigo. Sin embargo, sabía perfectamente que una relación no era lo que buscaba en ese momento, mentiría si dijera que el no le importaba, ya que realmente le tenía un sentimiento lo más cercano al amor. Pero aún así, no estaba para destruir amistades.

─¿Vas a entrar a clases?. ─Preguntó Caleb, sentía ganas de estar con ella en cualquier otro lugar menos ese.

─Entraré más tarde, solo para el examen. ¿Has estudiado?.

─Algo.

─Pues espero que ese algo sea suficiente por que pienso copiarte ─Respondió divertida.

Muy bien, era el momento, ahora o nunca.

─¿Te parece salir en la tarde?. ─Soltó, tratando de sonar lo más seguro que pudo.

─¡Claro!. ─Contestó. Muy adentro sabía que esto no terminaría bien, pero quería intentarlo.

Él quiso articular algo más, lo que sea, pero el sonido del timbre los sacó de la conversación, debían esconderse para que sus profesores no noten sus presencias en los pasillos.

Así sin más, se lanzaron una mirada cómplice y salieron hacia el campus, para perderse de sus clases una vez más. Lo de siempre.

[☆]

─¿En serio hizo eso?. ─Preguntó el pelinegro con la boca ligeramente abierta y el semblante más que sorprendido.

─¡Sí! Dios mío, juro que quise morir, ¡Lo estaba esperando! ¡Y llegó con ella! ¡De la mano!.

─Ni siquiera sabía que Lilia y Jaeden hablaban.

─¡Yo tampoco! Literalmente quise llorar en medio de todos, lo cual hubiese sido una burla así que no lo hice. ─Admitió Millie.

─Cada vez que quieres follarte a alguien hay una fila de cien chicos, pero cuando buscas algo serio todos de largan. ─Bromea él.

─Muy chistosito. ─Ironiza la castaña.

─Aún no puedo creer que te hayas fijado en él, digo, no es por nada pero, todos sabemos que no tiene muy buena fama.

─Fama de cualquier tipo sigue siendo fama. ─Se encoge de hombros.

─Sigo sin creer que hayas sido frienzdoneada de esa manera. Vaya imbecil.

─Debiste ver mi rostro, para colmo no sabía a quien demonios decirle como me sentía. Te juro que si vuelves a dejarme sola voy a matarte, Wolfhard.

─En mi defensa, te advertí que no salgas esa noche.

─Bueno, no es el momento de sermonearme otra vez. Quiero saber por qué rayos Beck te escribió.

Celos. De amistad, claro.

Okay, era el momento de decir la verdad, de todas formas, sabía que Millie terminaría enterándose de todas formas y se pondría muy molesta.

─Hablé un poco con ella. ─Automáticamente recibió una mirada de reprobación. ─Muy poco. Lo juro.

─¿Y luego? Por cierto, ¿Ya borraste ese mensaje?.

─No te hagas, lo borraste tú. ─Rió el. ─No hablamos de mucho, solo una vez en el almuerzo y otra vez en la salida.

Oh, el momento del almuerzo, de tan solo recordarlo a ella le daban ganas de golpearlo.

Un momento, ¿A la salida?.

─Me estaba hablando y quería deshacerme de ella, digamos que acepté ser su amigo. ─Continuó simple.

─¡¿Su amigo?!. ─Exclamó la castaña levantándose rápidamente de las gradas en las que se encontraban. Para luego darle un golpe en la nuca.

─Ya, fiera. Cálmate. No fue nada.

Millie bufó y volvió a tomar asiento en el mismo lugar.

─Lo bueno es que ahora ya no se va a acercarte por que sabe que se va a ganar una piña de mi parte. ─Sonrió ella, orgullosa.

Al final parecía que todo andaba bien.

¿No?.