Fútbol

29.7K 3.1K 418
                                    

Jimin despertó entre los brazos de su novio dormido, sonrió ante la vista relajada del más alto y se dispuso a levantarse sin ser descubierto. Le dejó unos mensajes explicándole qué había pasado y luego se vistió, tomó su llave y cerró al salir. 

Él camino a su casa fue lento, para ser sincero consigo mismo tenía sentimientos encontrados, no le gustaba pasar mucho tiempo en casas ajenas, pero en este momento su propio hogar se sentía ajeno, inadecuado, se sentía descolocado, como si un cambio repentino hubiera puesto su vida de cabeza, cuando lo único que había cambiado es que ahora había un plato más en la mesa. A Jimin le molestaba que no pudiera ser indiferente al azabache, ya bastante tenía con pretender que nada pasó como para torturarse por cada cosa que hiciera el mayor. 

Con un pensamiento pesimista abrió la puerta de su casa y dejó su abrigo, que no habia usado porque el dia estaba soleado y calido. Gritó un "Ya llegué" que fue seguido por el anuncio de su madre de que se encontraban en el patio, el rubio que tenía la costumbre de saludar a sus padres cuando no pasaba la noche en la casa se dirigió al lugar señalado para divisar el momento más incomodo en su vida. 

El sudor corría por el cuello de su "No tío" que corría con una pelota entre sus pies, la camiseta olvidada en algún lugar y su torso siendo besado por el sol, mostrando los oscuros tatuajes en su brazo y espalda. Jimin desvió la mirada con las mejillas un tanto rosas y se dirigió a su madre que estaba sentada con un vaso de limonada en la mano y la vista en su esposo y su hermano jugando futbol como dos niños. 

-Hola, mamá- Saludó el rubio. 

-Hola, mi vida- Respondió cariñosamente- ¿No querés jugar?

- No, gracias.

- Hey hijo- lo llamó su padre- Veni, juga con nosotros. 

- No tengo ganas papá- Rechazó la oferta el rubio.

- ¿Desde cuando Jimin juega al futbol?- Preguntó el azabache y eso fue suficiente para que el rubio quisiera golpearlo, parecia que lo hacía aproposito, tratando de humillarlo. 

- Juego, pero si me prometes no llorar, tío- Se burló el rubio con sorna. 

Si habia algo que todos sabian de Jimin, era que nunca declinaba un desafío, y que le costara lo que le costara no iba a perder, y menos contra ese idiota. Así que con paso firme y una media sonrisa que ocultaba desagrado se encaminó a la improvisada cancha, donde claramente se dispuso a jugar con su padre. 

- Veo que tengo una gran competencia- Comentó el azabache mientras miraba de arriba a abajo a su "no sobrino".

- No vayas a llorar- Le dijo el rubio. 

- Promesa. 

Jimin empezó a correr persiguiendolo para quitarle la pelota, pasaron unos minutos entre empujones y patadas, ambos se habian tomado el desafío muy en serio, ambos bastante competitivos para dejar al otro ganar. El padre de Jimin era un simple expectador a esa altura, de lo que no se quejaba, porque por lo menos podía ver a los dos jovenes divirtiendose o eso era lo que él creia. 

Pasado los diez minutos, el primer gol se hizo presente y Jimin festejaba con una sonrisa en el rostro. 

- Eso fue trampa- Le dijo el mayor. 

-¿De qué hablas? Fue totalmente válido. 

- Me metiste un codazo, Jimin. 

-Te dije que sin llorar. 

- Se nota que no podes ganar sin trampa. ¿o no?- El rubio ya tenia el sudor corriendo por su cuello y los labios bastante rojos, sus ojos fijos en los de el azabache con ganas de golpearlo en serio- ¿A que no podes jugar de nuevo y ganarme?

Y Jimin no tuvo que pensarlo dos veces, se sacó la camiseta humeda ya, se secó el sudor de la frente y relamiendo sus labios aceptó la segunda ronda. 

Jungkook sonrió y le pasó la pelota, esta vez ambos se empujaron a voluntad, incapces de tener sus manos lejos del cuerpo del otro, pero para ambos era solo para ganar. Al final de un rato ambos simplemente se tomaban descaradamente de los brazos para empujarse, se metian pie y hasta picaban sus abdomenes con sus dedos en busca de hacer cosquillas tramposas. 

Al final el gol fue de parte de Jungkook y el azabache festejó a su manera, con pequeños saltos y sonrisas. Jimin no pudo evitar reirse un poco de lo ridículo que se veia, pero luego tomó la pelota y se la tiró en la cara. Esta le pegó justo en la nariz provocando que lagrimeara. 

- Dije que sin llorar- Se burló y luego de tomar su camiseta se encaminó adentro, dejando a Jungkook una fabulosa vista de su culo en jeans. 


Freedom🔞- KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora