Corría bajo la lluvia de ese fatídico día, con lágrimas en sus ojos y, como único resguardo, un paraguas. Sus pies golpeteaban la acera, salpicando gotas a sus costados, tenia miedo, estaba cansado. Su cabello mojado y sus ojos húmedos de lagrimas eran parte de la imagen que daba al correr, su corazón golpeteaba su pecho y el aliento acelerado marcaba el ritmo.
Miles de cosas pasaban por su cabeza, miedo, enojo, cansancio, dolor. Sentía como su cuerpo se dividía en dos, la parte de él que quería encontrarlo y la parte de él que quería que se perdiera para siempre. Jamás se sintió así, dubitativo incluso cuando al parecer su cuerpo ya había tomado una decisión.
Su teléfono sonó en su bolsillo y detuvo sus apresurados pasos para contestar, con las manos congeladas y el escalofrío en su espalda se llevó el aparato al oído y contestó con un seco:
-¿Dónde está?- La voz a través del móvil parecía resignada.
-¿Dónde estás vos?- Preguntó cansado.
-En la calle principal camino al centro comercial- Le dijo el rubio ansioso por su respuesta.
-Tus padres me han estado llamando, están preocupado, tenés que volver- Dijo.
-Solamente decime a cuánto estoy de llegar a él.
-Espero que sepas lo que haces- dijo y escuché como se movía del otro lado de la linea- Esta a dos calles, me dijo que iba a estar en el callejón frente a la tienda de música.
El rubio corto la llamada y metió rápidamente el aparato en su bolsillo, suspiró con frío y comenzó a correr. Pasó las calles restantes con rapidez, como nunca había corrido. La tienda de música cerrada se vislumbró cuando llegó a la acera del callejón. Se detuvo de un saque cuando escuchó el estallido contra el metal y las risas burlonas de personas que él no conocía.
Asomó la cabeza cerrando el paraguas y dejando que la lluvia lo golpeara con fuerza mientras la vista se nublaba y él trataba de pestañar.
Lo vió a menos de tres metros, estaba mojado y pálido, con un corte en el labio y se apretaba el pecho con una expresión dolorosa. Lo vió y recordó cuánto lo amaba, recordó cómo se entregó a él sin dudar y como él no dudo en romper su corazón con una simple frase.
"Hay una chica..."
Las voces cada vez se escuchaban aún más. Un hombre bajo un paraguas negro observaba como los dos tipos golpeaban a Jungkook contra los portones de metal, empujándolo de un lado a otro con fuerza y haciendo que él gimiera de dolor.
Jimin se sintió impotente, no podía entrar en escena y tratar de salvarlo porque no sabía como reaccionarían. Así que hizo lo único que se le ocurrió en pocos segundos. Se dio la vuelta y abrió el paraguas, se alejó lentamente de la escena y con el corazón hecho añicos sacó su teléfono y marcó.
El tono de llamada fue cortó y cuando le contestaron del otro lado él habló rápidamente.
-Hay una riña de bandas en el callejón afuera de la tienda de música Starsplay en la calle principal, tienen armas...
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Freedom🔞- Kookmin
Fiksi RemajaSolo los Park están dispuestos a darle un hogar a Jungkook después de que sale de la cárcel. Bueno, todos menos Jimin... - Jimin, te dije que es tu tío. - No, no lo es. 13/08: #2 jikook