Jungkook estaba sentado en administración, le habían devuelto su ropa y sus objetos personales, sin embargo su celular ya lo tenía desde el momento en que lo pasaron a la sección de semilibertad, donde básicamente los preparan y observan para volver al mundo fuera de la cárcel. Sin embargo, ahora mientras el azabache estaba esperando se cuestionaba si realmente estaba listo para salir, se había acostumbrado a vivir en un régimen de observación y control, pensar que después de dos años encerrado volvería a ser dueño de su libertad de acción lo ponía un poco nervioso.
- Hey, muchachito- La señora de administración lo llamó desde la puerta- Te vinieron a buscar.
Jungkook se levantó de la silla de plástico y se dirigió a la señora Jones, ella era una mujer grande, con pelo corto, muchos de los presos decían que la mujer era lesbiana. Pero Jungkook, que se había ganado de a poco el cariño de la mujer, sabía que ella había estado casada con un hombre malo, razón por la que llevaba camisetas de mangas largas, tratando de ocultar las cicatrices de una vida de maltratos físicos.
- Gracias, señora Jones- Jungkook se veía pequeño a su lado, pensando hacia atrás el azabache no había sido tratado bien por alguien en dos años, pero la señora Jones siempre fue una buena motivadora para él.
- No es nada, niño. Prométeme que no vas a volver- Dijo tendiéndole su mano. La tomó y le dio un apretón.
- Se lo prometo.
Ella se dio vuelta y lo encaminó hasta la gran puerta, adentro le llamaban "el portal azul", porque era lo primero que veías al acercarte, el cielo. Pero lo que vio Jungkook al acercarse fue el cielo gris que anunciaba lluvia y a lo lejos la dócil figura de su hermana mayor, Judith.
- Suerte, mocoso- Fue lo último que escuchó antes de que la puerta se cerrara y el silencio de exterior lo golpeara con fuerza, parecía un sueño, el aire frío sacudiento su ropa delicadamente sin ninguna barrera que le impidiera alejarse, ir a donde quisiera.
Sonrió de medio lado y caminó hasta la figura de su hermanastra que lo observaba sonriendo. Ella corrió al él y lo abrazó.
El primer abrazo en dos años.
- Estas más alto- Comentó la mayor mirándolo de arriba a abajo. Judith apenas mostraba unas pocas arrugas a pesar de ser 15 años mayor que el azabache, prácticamente ambos podrían ser confundidos como amigos, porque Jungkook ahora se veía incluso mayor, la cárcel lo había hecho madurar demasiado pronto.
- Vos te ves como una niña- Se burló.
- Sí, una niña con casi cuarenta años. Vamos a casa, mocoso.
Ambos se subieron al ford focus que parecía bastante nuevo, negro y con vidrios polarizados, Jungkook nunca había estado en uno así. Se puso el cinturón de seguridad y observó mientras su hermana arrancaba el auto. Entonces miró por la ventana y se dio cuenta de como había cambiado todo, o tal vez el que había cambiado era él, porque sentía el aire raro, y la gente se veía radiante. Se preguntó si él alguna vez se había visto así.
- ¿Como te sientes?- Le preguntó la castaña sonriendole.
- Raro... la gente es feliz- Le dijo.
-Supongo que cada uno tiene su propio sentido de felicidad- Le contestó y ambos quedaron en silencio.
-La historia se divide en tres partes.
-Van a haber saltos en el tiempo.
-Los capitulos se vuelven más largos a medida avanza el fic.
- Mis aus en tw: @jikook_dreamer
ESTÁS LEYENDO
Freedom🔞- Kookmin
Novela JuvenilSolo los Park están dispuestos a darle un hogar a Jungkook después de que sale de la cárcel. Bueno, todos menos Jimin... - Jimin, te dije que es tu tío. - No, no lo es. 13/08: #2 jikook