No es Jungkook.

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Eran las cuatro de la mañana cuando sus cuerpos terminaron de agotarse, con los músculos calientes y el aliento entrecortado golpeando el cuello del otro, sus corazones agitados y la piel sudorosa y ardiendo. Ya no hacía frío y ni siquiera se tomaron el tiempo de cubrirse correctamente con las frazadas, apenas una sabana reposando delicadamente en sus caderas. La luz de la lampara de pie iluminaba con un tono naranja las pieles brillantes de los dos y se sintieron caer en el dulce y esperado placer después de cuatro rondas de sexo descontrolado y casi animal.

Jimin aun sentía la saliva de Jungkook sobre su cuello donde había mordido antes de correrse, mientras que el mayor estaba repleto de las marcas rojizas de las uñas de su no-sobrino. Sus ropas desparramadas en algún lugar de la habitación, olvidadas. El rubio sonrió al imaginar no tener que estar vestido nunca más frente a su no-tío, eso seria divertido.

-Te extrañé- Dice el castaño acariciando el cabello del menor. Tenía el corazón latiendo a mi por hora y sentía que podía gritar de la emoción. Pero seguir gritando ya no era una opción.

-Yo también- Contestó el menor quien hacía tiernos caminitos con sus dedos por el abdomen desnudo del castaño, sonriendo por dentro y sintiéndose poderoso. Su cabello estaba realmente despeinado y se sentía sucio pero de una buena forma, incapaz de ver lo que acababan de hacer como algo malo- Creo que nos escucharon, estoy casi seguro de que deben estar conscientes de esto.

-Tranquilo, las habitaciones están lejos. Pero para dejar claro algo, gritas muy fuerte- Le dijo recibiendo un golpe de mano abierta en su pecho. Tomó la mano antes de recibir otro y la llevó a sus labios besándola dulcemente.

- Vos no estas muy lejos- Le dijo mirando como posaba sus labios en su tersa piel. Sus ojos brillaban, los de ambos- Y ¿Qué es eso de "tío"?

El mayor lanzó una carcajada tapándose la boca con su mano izquierda y sintiendo como sus mejillas de encendían al recordar sus sucias palabras.

Te gusta lo que le haces a tu tío.

Esa y varias más frases había soltado a lo largo de la madrugada incapaz de retener el deseo o el fetiche que le provocaba saber que para todos ellos eran tío- sobrino y que para ellos eso no existía, ellos eran más, mucho más. Solo que no sabían qué con exactitud y entre charla y charla ambos debían aclarar ciertos puntos de los que no querían siquiera pensar.

- ¿Qué va a pasar ahora?- El rubio fue el primero en preguntar cuando volvía del baño después de limpiarse ya que no podía dormir todo pegajoso. El castaño lo había hecho primero y por eso yacía acostado con su pijama en la cama, este levantó la vista cuando lo vio llegar y preguntar sin prepararse ni un poco.

- ¿Qué quieres que pase?- Preguntó este desviando la pregunta como ya sabía hacer muy bien. El rubio se recostó a su lado y lo abrazó con su lindo pijama color vino, miró hacía la puerta de la habitación y se quedó unos segundos en silencio meditando aquella pregunta.

¿Qué era lo que quería?

Sinceramente no lo sabía, no lo había pensado. O tal vez no había querido pensarlo. Porque era mucho más fácil dejar las cosas como estaban, era mucho mejor no hablar sobre ello. Sentía el cuerpo pesado y la euforia de hacia unos minutos ya no estaba. Solo había confusión y recuerdos, recuerdos de ellos juntos hacía tres años. Pensamientos lúgubres de él, solo en su cuarto esperando algo que no llegó y a pesar de no saber qué hacer, lo que si sabía era que no quería sentirse así de nuevo.

- Ya te dije como me siento- Le dijo el menor luego de unos minutos. Tratando de decir las palabras correctas- Me siento bien con vos, haciendo esto. Y sé que tal vez esto me lleve al rechazo pero quiero que siga así- Dijo determinado- Quiero que sigas fingiendo ser mi novio, quiero acostarme cada noche con vos... pero no quiero ser tu novio.

Freedom🔞- KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora