Touch

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Pro-Prometeme que cuidarás de Kamiko. Pro-Prometemelo, por favor.

Por favor abre tus ojos.

¡¡Abre los ojos mierda!! ¡¡Abrelos malditasea!!.

No me abandones.

¡¡¡AAHHH!!....

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La noche era silenciosa, el único sonido que se podía escuchar estaba lejos, a la distancia, el aullido de un lobo. La nieve caía suavemente y la brisa era fría y suave. El caer de la nieve comenzó a cubrir la maleza. La sangre derramada quedaba bajo la nieve, lo que antes había sido el campo de batalla ahora era una masacre. Habían muertos en todas partes y todos vestían de negro a excepción de algunos cuantos. A la lejanía una hermosa mujer descansaba en los brazos de un hombre de cabello rubio en punta, quien a su vez se mantenia lo mas lejos posible de los vivos, abrazando el delicado cuerpo que sujetaba en sus brazos, sin dejar de ver al suelo en ningún momento. Sus amigos querían acercarse a el y preguntarle si estaba bien o al menos decirle que todo estaría bien. Pero la vergüenza los acompañaba esa noche, no tenían el valor de acercarse y decirle esas palabras, solo podían observar desde la lejanía.

Unas manos fuertes y grandes, tomaron las vendas que había logrado encontrar bajo los escombros, las sacudió tenuemente, quitando el polvo y suciedad de ellas. Tomo el brazo delgado y delicado de su acompañante.

- Ouch - un débil quejido de dolor abandono los labios de la mujer, que recostada sobre la fria nieve como estaba, lo miro con interés -¿Porque lloras?- pregunto.

- No lo sé - el comento a su vez. Pero el sabía el porque, su mejor amiga no volvería abrir los ojos y la mujer que había querido proteger había terminado fatalmente herida al protegerlo a el. Irónico - No creo que puedas...

- No importa - con su manos ilesa, hizo un movimiento desinteresado - Me construire otra, mucho mejor y más fuerte -

En la pelea insaciable. Mei había perdido mitad de su brazo izquierdo.

El la observo con preocupación, el aún no estaba convencido sobre eso - Necesitas atención médica -

- Aprecio el interés y tu preocupación, pero estoy bien, solo estoy cansada - le dijo con más calma. Le sonrió para calmarlo pero el no quitó la preocupación de su rostro - Iida, lo prometo. Estoy bien, tal vez estoy cansada pero nada más - Hatsume, bajo la mirada hasta su brazo herido - Esto no es nada -

Iida la observo, sabía que mentía. Había perdido mucha sangre, demasiada y lo peor era que seguía desangrándose, no igual que antes pero seguía. Estaba preocupado, claramente lo estaba. Bajo la mirada tenuemente antes de alzarla y mirar a su alrededor, sus ojos se situaron sobre un hombre que a la distancia trataba de calmar su pena y dolor. Un hombre que en cuestión de minutos perdió más de lo que quisiera aceptar.

- Solo el tiempo lo curará -

Escucho la voz cansada de la mujer sobre el suelo, regreso sus ojos en ella y ella le sonrio.

- No todos sanamos en el mismo ritmo, además. Su herida es profunda y es de esas que se curan pero no se borran - Hatsume podía sentir el frío hasta los huesos y aquello no hacía más que aumentar el dolor de su herida - Iida, tu eres su amigo ¿verdad?-

-¿Amigo?- regreso su mirada al rubio con duda - Ciertamente nunca logré comprender su conducta agresiva, su antipatía a todos lo volvía casi imposible de tolerar y su trato a los demás lo dejaba casi siempre en mala posición - siguió observando - A decir verdad jamás comprendí porque Midoriya y Kirishima sentían gran aprecio a el, es decir el parecía no importarle los demás más que si mismo. Pero creo que quien estaba equivocado era yo, más sin embargo no puedo decir que era o soy cercano a el, es más no se si pueda decir que es mi amigo o que si el me considera como tal. Pero somos camaradas y tenemos el mismo cometido, luchamos por lo mismo -

BookII. Broken (IzukoxMomo) BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora