BookII. Broken (IzukoxMomo) BNHA

Sacrifices.

Se encontraba sentada serca de la entrada de la guarida, el lugar en donde todavía podía sentir un poco de ese aire fresco y relajante de la mañana, en sus manos tenía un pequeño cuaderno y una pluma, escribía algunos resultados de la última revisión que había dado en la ciudad, claramente nadie de sus compañeros lo sabía. Iida enloqueceria si se daba cuenta que básicamente estaba haciendo todo lo contrario. Pero simplemente se aseguraba de resivir noticias nuevas y innovadoras, es más en algunas veces había encontrado comida enlatada y eso era demasiado útil para todos especialmente para Uraraka y Mina que eran las que más debían resivir alimento. De pronto lo que era la puerta de la guarida comenzó a ser removida, se puso de pie en un instante y un rifle apareció en sus manos.

-¡¡Whoa!! ¡¡Me rindo!! ¡¡Me rindo!!-

-¿Hagakure?-

- La única que hay, baja ese rifle -

- Lo siento - bajo el rifle, dejándolo aún lado de donde había estado sentada anteriormente.

- Bueno debo decir que es normal que hayas actuado de aquella manera. Yo lo hubiera hecho - hablo con calma y despreocupación.

Momo le sonrió y retomó su asiento, Hagakure la imitó, tomando asiento a su lado y tomando el café que había traído con ella cuando entró a la guarida.

-¿Como van las cosas arriba?- pregunto sin apartar sus ojos de la libreta en sus manos.

- Caótico, el emperador dará un veredicto la próxima semana, los civiles sobrevivientes esperan verlo. De alguna manera an tomado al emperador como una figura divina. Absurdo ¿no?-

- Tal vez - Momo suspiro - Pero en momentos de crisis los humanos se aferran a la poca esperanza que tienen, aún así sea otro humano común y corriente. Es simplemente nuestra naturaleza -

-¿Un mapa?- Hagakure cuestiono, había visto lo que la pelinegra escribía -¿Planeas algo?-

- No, aún no, simplemente trazó lo que podría ser nos útil -

-¿Y que tal? ¿Algo que nos de la posibilidad de conseguir una pizza?-

- No - Momo miro por unos segundos lo que ella misma estaba escribiendo o más bien trasando - La mayoría de las calles importantes están selladas, hay en ellas fosas comunes. Muchas - agregó - Las calles más pequeñas están rodeadas de policías, patrullas o en casos extremos la élite. Las únicas calles libres, sin fosas, policía o élite, son las más grandes. La policía es corrupta pero astuta, saben como rodear a su enemigo y hacer a la gente que quieren de su lado llorar y suplicar por ellos. Nuestra única manera de andar en la superficie es por estas calles que no están custodiadas, ni obstruidas por fosas comunes. Pero... los civiles hambrientos de ayuda y esperanza son el problema, conocen las caras de los héroes y no dudarán en entregarnos -

Ambas se mantuvieron en silencio por unos segundos antes que una de ellas rompiera aquel silencio - Veo que estas mirando cada detalle muy bien -

- Trato - suspiro - Quiero solucionar esto lo más pronto posible, pero creo que no se podrá -

- Creo que Asui y tu han hecho todo muy bien, no hay necesidad de apurarse. La situación está fea y salir de este lugar tal vez sea lo que más queremos pero debemos ser pacientes - Uraraka sonrió - No sucumbas a la desesperación. Te necesitamos así como necesitamos a Asui -

Momo miró a la castaña ¿cómo alguien que tenía una gestación de embarazo tan avanzado podía decir aquello? Si las cosas seguían así Uraraka terminaría dando a luz en medio de una guerra civil. La verdad era que no solo Uraraka le preocupaba, también estaba Mina y Asui, ambas no estaban en posición de participar o al menos esta última no hasta que su estado mental se restaurará pero después de lo que ella había tenido que vivir... Seguramente le tomaría mucho, además de eso también estaban esos héroes que estaban encerrados en una prisión como si fueran un tipo de criminales seriales ¿Cuántos habían muerto hasta ahora? ¿A cuántos habían torturado? ¿Tendrían hijos? ¿Sus seres queridos estarán esperando por ellos? ¿Sus esperanzas habrán desvanecido? ¿Cuantos lloraban por las noches y cuántos cometían sucido?. Le aterraba la idea de salir y encontrar una montaña de cadáveres irreconocibles, no podía verlos morir pero si podía escuchar sus gritos. Quisiera o no aceptarlo esta guerra que habían iniciado estaba robando muchas vidas inocentes.