Volver a nacer

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-No puede entrar.-La señorita hablo.

-Puedo hacer lo que quiera, soy Severus Snape.

-Ella es la ministra, me echará si dejo que cualquiera entre a su despacho.

-Soy su ex esposo.

-Ella está ocupada ahora.

Y sin más no le quedó opción, necesitaba verla y esa "señorita" ya había acabado con su paciencia.
Imperio, susurro, no sería ni la primera ni la última vez que utilizaba uno, solo quería entrar.

-Hermione...-Un dos, tres toques y entró.

El mundo se le calló a los pies con la escena.

Días antes había escuchado a manos de lucius que Hermione parecía estar saliendo con alguien, que ya no se le veía como antes y al ser suegro de él mejor amigo de su ex esposa, solo quiso confirmar.

Rumores habían de que ella era una zorra, que él gran pocionista la había dejado por estrecha, uno cada vez más contradictorio al otro, pero solo eran eso,rumores.

Y se había imaginado encontrarla en los brazos de un hombre, tal vez besándose o en alguna posición comprometedora, pero lo que tenía delante de él realmente sobre pasaba el limite.

-Buenas tardes...- hablo primero el hombre, después de aclararse la garganta.

-Severus Snape.- se notaba que ese idiota no era de Londres ¿acaso vivía en una cueva para no conocerlo?

-Señor Snape si, yo hmmm es un gusto.- realmente no sabía que era más triste.

El hombre vestido de bebe mientras que su ex esposa lo besaba o ver que había niños presentes en la habitación.

-Tú, pequeño culo peludo, Lárgate de aquí.

-Este, yo... si ya voy.-

-que no te golpee la puerta en el trasero al salir.- la pequeña leona había pasado tiempo de calidad con su ex alumna Parkinson.

-Ponte unos malditos pantalones.- se digirió al tipo vestido de bebé mientras que con un movimiento de varita los transfiguraba a unos.

-Estábamos en algo importante.- le hablo cuando el tipo salió por la puerta.

-Haciendo que? Jugando a la familia? Ahí niños presentes Hermione.

-No hablen como si no estuviéramos presentes y señor... tenemos nombres.- por primera vez los observó, había un niño y en brazos una bebe, ambos lo miraron desafiantes.

-Quien te crees que eres para hablarme así?.- hablo el hombre.

-Quien se cree usted como para pensar que el respeto no se gana?

-Un mayor.

-Eso lo veo perfectamente.

Severus sacó su varita, ese mocoso insolente no iba a ganarle la batalla, pero Hermione lo desarmó.

-No puedes entrar aquí sin cita previa, apuntar a un menor e intentar maldecirlo.

-Eso fue exactamente lo que me pase diciéndote los tres años de casados.

-Tu ex esposo es un idiota madre.- La habitación quedó en silencio, no había previsto esto, el niño sonreía orgulloso y la bebe lo veía a los ojos ¿acaso era una trampa? O acaso Hermione tomaba a los hijos de su pareja como propios.

-Si, si lo es.- Hermione lo miro a los ojos, lo desarmaría en cualquier momento y esperaba por ello.

-Hermione... se qué tal vez tomes a los hijos de tu pareja como tuyos... pero estos... niños, son realmente insolentes, tal vez se puedan corregir con un crucio, me ofrezco en prueba.

-Por Merlin severus, son solo unos niños...

-Yo era igual un niño.- se miraron a los ojos.

-Mis hijos no tendrán una infancia de mierda como tu imbecil.- realmente sabía que era lo que pensaba, que ella creía que era débil por su pasado y que era realmente afortunado a comparación de otros muggles, pero de pensarlo a escucharlo era todo diferente, los niños estaban presentes y no tenía una puta idea de que era esa situación, no entendía o tal vez no quería hacerlo, no quería entender lo que prácticamente era evidente.

-Te casaste?

-No te importa.

-Hermione...Por favor dime.- sabía que era una súplica, sabía que ella lo podía ver en sus ojos.

-Estoy en papeles de adopción.

El mundo calló de sus manos, ella iba a adoptar, no se lo había esperado, Hermione era una romántica que soñaba con los finales fáciles, la hermosa casa al final de una calle y unos hijos perfectos y buenos y él erróneamente había creído en eso, en que ella necesitaba tenerlo para eso, para cumplir con lo mucho que deseaba y hacerlo feliz por lo que había pasado.
Pensó que ella quería tener hijos propios, que ella quería ser madre por parto natural y que lo dejaría al enterarse de que él no podría estar en esos sueños, que él no podría cumplir sus sueños de cuentos, pero no lo previo, no previo que ella era una Gryfindor y que su corazón era tan grande como para amar a cualquiera que se lo pudiera.

Pero ahora ahí estaban, de frente, con niños observándolos y tenía la certeza de que él no era parte de ese cuadro.

-Como?...-Ni siquiera podía terminar la palabra, se había equivocado tanto, la había juzgado y tomado decisiones sin siquiera preguntárselas y ahora él Karma lo había alcanzado.

-Estoy en trámites para adoptar dos maravillosos niños...Estoy cansada de esperarte cariño.

Y el sabía que era cierto, que aun después de su divorcio ella seguía libre y haciéndose notar solo para él y llevaba con orgullo que nadie jamás podría amarlo como lo hacía ella, pero ahora todo cambiaba, por que él ya no era su mundo y ella ya no estaba a sus pies...

-Déjame explicarte...dame 10 minutos.- lo veía en su mirada, estaba apunto de perderla.

-Cuántas veces te supliqué que habláramos? Cuantas veces que me arrodille y te pedí que me mintieras a la cara y me dijeras que me amas? Dime cuantas veces severus? Ni siquiera puedo contarlas.

-Todo tiene una explicación... si tan solo tú escucha...- lo interrumpió.

-¿Que yo escuchara? A un tipo que fue mi esposo, me engaño con mi mejor amiga y luego me pido el divorcio solo si yo no valiera nada?

-Te amo, siempre lo he hecho.

-Que poco te duro.

-El engaño yo... todo tiene explicacion.- ni siquiera sabía que decir.

-Claro que si, es falta de amor.

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