Incesto

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Ginny era su asistente personal en la botica, se encargaba de hacer llegar los pedidos por medio de lechuzas al extranjero y también de atender y ordenar la tienda, cuando lo encontró borracho la misma noche en que se enteró de su infertilidad ella lo había ayudado llevándolo a la tienda y haciendo que le contara el motivo de su estado, pero cuando fue escuchando y entre más se desahogaba con ella, entendió que debía ayudarlo.

Ella se había ofrecido a ayudarlo a idear un plan para que Hermione lo dejara, habían llegado a la conclusión de la infidelidad y ella se prestó para eso, lo había hecho, ambos la habían destrozado.

Pero Ginny weasley no era una blanca Paloma, no era una víctima más de malentendidos, ni mucho menos se prestaba a ser odiada por su mejor amiga, ella lo hacía por Ron, su hermano, con el cual tenía más de 3 años de relación y el cual severus estaba completamente enterado gracias a un accidente con Veritaserum , él no la había juzgado, le había dicho que no le interesaba, se había callado su secreto y con lo único que podía ayudarlo era con eso, fingiendo una relación con el, destrozando a Hermione hasta el punto de que las piezas fueran irreconocibles.

Se habían obligado mutuamente, Hermione no volvió a dirigirle la palabra, el día después del show que presenció, se apreció el trío Potter, Malfoy había golpeado a ron por defender a Ginny, mientras que harry sujetaba a pansy de la cadera mientras ella intentaba arrancarle el cabello de la cabeza, había sido toda una aventura, Ron fue el más perjudicado, fue enviado a San mungo 3 semanas.

Sabía que el trío potter haría lo que fuera por defender a Hermione, todos ellos harían lo que fuera por Hermione, ella había sacrificado tanto en la guerra... a sus padres... sus amigos... todo.

Se encontraba furioso, aun no se podía levantar, esta vez Hermione si había hecho algo ilegal, pero ella era la ministra y el solo un imbecil más, jamás haría nada en su contra.

Se apoyó en el piso y recordó una situación similar, en la que ambos eran participantes, donde el fuego recorría su sangre y solo estaban concentrados en sacar la ropa del otro, estaban enfadados Gracias a los celos de severus y Hermione estaba exitada, una combinación un poco rara, habían llegado a la casa de los Granger, la había cargado y puesto sobre la mesa, pero el peso de ambos venció y la mesa cedió, cayendo, habían roto las patas de la mesa y se encontraban en el piso, arriba de una pila de madera, no fue mucho mejor la situación cuando su padre prendió la luz y observó la escena, no volvieron a salir en 4 semanas.

No pudo evitar reír ante el recordó, entre ellos siempre sucedían situaciones incómodas pero verdaderamente graciosas, extrañaba de ella, de como era tan perfecta para todos pero tan desaliñada estando con él, se levantó y se fue, pagando rápidamente el desborden y dirigiéndose hacia Prince Manor.

Hermione jamás había sido buena con los niños, nunca, no tenía experiencia y la verdad era que no era muy fan de ellos, pero cuando la señora maggy su secretaria había informado la situación y la gravedad, no pudo evitar tomar su saco y salir a toda prisa por vía Flu.

Había llegado a un Orfanato olvidado, se decía que aun habían niños dentro, hijos de mortífagos que habían sido cruelmente abandonados por los errores que cometieron sus padres, la casa era funebre y grande, la casa perfecta de una película de terror muggle.

Solo había silencio, se pensó en un segundo antes de entrar completamente, tal vez necesitaría ayuda, no sabía que se encontraría dentro, un cadaver o tal vez algo más.

Entro a paso ligero, invoco un hechizo revelador pero nada pasó, la casa tenía magia oscura, no le gustó nada, había muchos muebles cubiertos por telas blancas, jamás se hubiera pensado en que los dueños hubieran comprado esa casa y aun más jamás se imaginó que alguien abandonara niños por culpas que no tenían, era simplemente inhumano.

Se volteó rápidamente con la varita en mano con tan solo el sonido de la madera, apuntando a lo que sea que fuera e inmovilizándolo, comenzó a llorar, la maldita cosa lloro.

-No, por favor, no me haga daño, yo solo... por favor.

Se trataba de un niño, tenía los ojos azules, su piel era blanca y su cabello negro, se veía desalineado, desnutrido y hasta un poco enfermo, lo soltó inmediatamente.

-Sabes quien soy?

-Cuidadora? Volvieron?

-No cielo, soy Hermione, Hermione Granger.

Pero las cosas no salieron bien, el niño la había apuntado con una varita y ahora los papeles habían cambiado, le habían lanzado un desmayus.

El niño se quedó observándola un segundo, para después levitarla y llevarla hasta la sala de reuniones, no se encontraba nadie más en la casa, los habían abandonado hacía más de 6 meses, solo habían dejado a su hermana en brazos y habían desaparecido, pero no pensó mucho, cosas más crueles les habían pasado ya.
Observó a su hermana jugar en un rincón, esa niña era todo lo que tenía y aun que apenas fuera una bebe, ella era su mejor amiga.
Pensó en asesinar a la mujer, pero no pudo, no pudo ver su rostro, era en contra de todo lo que le habían enseñado, pero solo la dejó ahí y se sentó a esperar, tendría que despertar, si podía salir de su magia, ella despertaría.

La observó bien, tenía el cabello con rulos por todos lados, solo una palabra la definía, despeinada.
Su piel era machada por ligeras pecas y tenía un rostro bellísimo, se parecía a las fotos de su madre cuando era joven, esas que tanto habían aborrecido y por las cuales sus cuidadoras lo habían azotado.

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