Mirame a los ojos

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Despertó acostada en el suelo, tenía frío, todo estaba helado y al parecer le habían quitado el saco, recordó al niño e inventó hacer magia no verbal.

-Solo te lastimaras, la sala es contra todo hechizo.

-Suéltame, no te haré daño.

-Eso ya lo se.

-Que quieres de mi?

-Lo que puedas ofrecerme.

-No tengo nada.

-Pues tu bolso, específicamente tiene una tarjeta, ministra.

-No puedo conseguir nada, no me mando sola.

-Aun no sabes lo que pediré.

-Entonces pon un precio.

Ambos se miraron a los ojos, Hermione estaba sorprendida, el niño no podía tener más de 6 años y sin embargo hablaba de negocios con ella como si fueran socios de toda la vida.

-A que haz venido?

-Me han enviado a supervisar, creen qué hay niños abandonados aquí.

-No, solo solos María y yo.

-María?

El niño movió la cabeza, hacia una niña de no más de 1 año, se parecían, eran hermanos con algo de suerte, a Hermione se le cayó el corazón a los pies, ambos estaban con ropa sucia, estaban sucios en la habitación solo habían animales muertos, se imaginaba que los que el pequeño podría casar.

-Déjame ayudarlos.

-Lo harás.

-A que te refieres?

-Somos hijos de personas malas, queremos ir contigo.

-Lo harán, desátame.

-Lo haré, pero hasta que estemos fuera de aquí, seguros y con comodidades te devolveré tu varita.

-No se que quieres de mi, te he dicho que ayudaré, que más quieres?

-Que ella y yo estemos seguros, que todos salgamos de aquí... esta es una fortaleza... yo no pude romper las maldiciones... no pude salir de aquí.- la desató.

-Son salvaguardas, se usan para alejar a todo aquel intruso o en tu caso para mantenerlo.

-Y como nos sacarás.

-Como entre, por desaparición, pero necesitaría mi varita, es peligroso con una niña en brazos.

-Carlos, me llamo Carlos.

-Algún apellido?

-Aun no estoy listo para decírtelo.

-Es tu hermana?

-Que otra cosa sería?

-Palabras sabias.

Tomo a la niña y a él, realizando hechizos protectores y luego desaprecio, su departamento era pequeño, solo estaba ella después de todo, pero contaba con dos habitaciones, no temía al niño, pero intuía que el a ella si.

-Vallase a dar un baño, preparare la cena.

-Es una orden?

-Es un favor.

Señaló el baño con la cabeza y el niño entró en el, después de varios minutos transfiguró su ropa en otra de niños y la dejó en la puerta del baño.

-Aquí ahí ropa limpia, por favor.

-Y entonces?.- preguntó después de un rato, llevaban morunos de haber terminado la cena y ninguno se disponía a hablar.

-Nos dejará quedarnos?

-Primero necesito saber algunas cosas.

-Pregunte.

-Familia?

-Muerta.

-Por que los abandonaron?

-Los cuidadores no nos querían...

-Que quieres hacer?

-Quiero quedarme aquí con usted.

-Sabes que esos problemas son legales no?

-No quiero volver a ningún orfanato.

-Eso no pasará, pero necesito saber más información sobre sus padres y tú no pareces querer hablar.

-Lo haré cuando esté listo, por ahora, por favor señorita Hermione, no nos eche a la calle, déjenos quedarnos, no tiene que mentir, solo ocultar información, podemos ayudarla en lo que sea.

-No es eso cariño... en verdad necesito saber de donde vienen.

-Y lo sabrá... pero no ahora.

-Entonces creo que tendrán un trato.

-Muchas gracias...

-Llámame sólo Hermione, si me llamas señorita serán las cosas incómodas...

-Hermione.- se miraron a los ojos, ese niño la necesitaba y ella haría lo que estuviera a salvo.

Todo eso era nuevo para ella, habían pasado unas horas y ahora ya era una mujer con dos grandes responsabilidades ¿Ese era verdaderamente su sueño? Ser ama de casa y ser parte de una familia? Tener niños a quien llamar hijos? Lo quería, eso era claro, quería tener una familia, ser llamada mamá y que fueran de ella, quería sentirse bien, hacia mucho que no se sentía como en ese momento, no estaban haciendo nada, los niños veían el televisor como si fuera algo maravilloso y ella los observaba a ellos, se veían delgados y pasados de hambre aun que habían comido a penas unos minutos desde la cena.

Siempre había deseado esa vida, cuando era una niña y decía que necesitaba ser así, ser como si madre, llenar a manos llenas y luego simplemente dar más y por eso se lo propuso a él, le había dicho de sus sueños y aun que severus no le gustaba la idea de ser padre por su crianza y su autocrítica aun así acepto, lo había aceptado, le había dicho que quería todo con ella, que la amaba y que quería estar con ella por el resto de su vida y ella le creyó, pero no se logró, ella no pudo estar embarazada y todo pareció derrumbarse, pensaba que el problema era ella, jamás fue a un ginecólogo, tenía miedo de las respuestas... y por unos meses pensó que era su culpa que severus la había engañado por que ella solo lo había ilusionado con una vida nueva con un hijo entre ellos y al final no lo logró, le había perdonado tantas cosas, las llegadas tardes, las groserías e incluso se había perdonado la infidelidad, lo amaba demasiado.
Por que los hombres siempre traicionan, un mensaje de texto es una traición en el momento equivocado, al igual que hablar con una persona que se sabe de su interés hacia ti, todo es traición, una infidelidad no era nada, eran cuerpos solamente, podían aceptarlo y seguir con su vida, como todos lo habremos hecho en algún momento de nuestra vida, pero le fue desleal, le había engañado cuando el amor salió por la puerta, creándole un mundo de fantasía, una nube inestable y negra, llena de agua.
Y por eso lo dejo, por que cuando dejas de ser leal, te conviertes en una puta mierda y al final no mereces nada, era el libro de la vida, los fuertes siempre duran.

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