-Capítulo 6-

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Me siento en la cama y me tapo con la manta esperando al "relato" de Jesús, el cual me mira sorprendido.

-¿Enserio?¿Te tapas?-ríe-Pero si ya te he visto..Además, es como si fueras en bikini Alice.

Me destapo, me acomodo y seguidamente le hago un gesto a Jesús con la cabeza para que empiece a contar ya de una maldita vez. Me está poniendo nerviosa.

-A ver, ¿desde que momento te acuerdas?

-Me acuerdo de muy poco Jesús, recuerdo que llegamos a la fiesta y me llevé a tu hermano a bailar.

-Puf..después de eso empezaste a beber, y no poco. Al rato sonó una canción que al parecer también te encanta, pero en vez de coger a Dani, ibas tan mal que me cogiste a mi para bailar.

-Sigue.

-Estábamos bailando cuando sé nos acercó un tio. Tu lo miraste mal y el me dijo que te conocía, que era tu ligue de allí, de Madrid y que os dejará solos. -hizo una pausa y empezó a mirarme- No me fiaba del tio ese, pero fui a por un vaso a la barra y cuando me dí la vuelta te llevaba a la fuerza hacia la planta de arriba.

Me empezaba a faltar la respiración, me estaba agobiando, sabía quien era el chico que decía Jesús pero aún así le pregunté.

-Jesús, necesito que me describas a ese chico y que me digas su nombre.

-Era un tio alto, fuerte, con el pelo marrón, los ojos marrones y tenía una pequeña cicatriz en la mano izquierda

Joder joder joder. Lo de la mano nunca fallaba. No había otro que tuviera esa estúpida cicatriz.

-Dime su nombre. ¿Te acuerdas?

-Andrés creo

-¿Adrián?

-Eso.

Me levanté de la cama y empecé a dar vueltas por toda la habitación, insultándolo a él e insultandome a mi. Me había ido de vacaciones a una puta isla. ¿Hasta ese punto llegaba su locura? Me volví a sentar en la cama y le hable a Jesús intentando calmarle, aunque más que nada me intentaba calmar a mi misma.

-Escuchame Jesús, es muy importante que me digas que pasó después.

Jesús asintió con la cabeza y me siguió contando lo que pasó anoche.

-Cogí rápidamente a mi hermano y a Calum y fuimos los tres a plantarle cara. Acabé pegandole y mientras los otros dos te cogieron. Lo dejé inconsciente en el suelo y volvimos corriendo al hotel.

Suspiré y me prometí a mi misma que mientras ese loco andara suelto con el mismo propósito que hace medio año no volvería a beber más.

Me abracé a Jesús y le dí la gracias. Después entre al baño y salí con el botiquín en la mano, Jesús había parado bastante mal. Llevaba un ojo hinchado y moratones por todo el cuerpo, aparte de el labio partido claro..

La clave de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora