-Capítulo 12-

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Calum nos señaló la puerta de la que sería nuestra habitación esta noche. Me quedé boquiabierta cuando entré. Era mil veces mejor que una habitación de hotel, y encima ¡tenía jacuzzi! No me lo pensé dos veces. Dejé el petate en la cama, me quité la camiseta y fui corriendo a jacuzzi.

-¿Vienes Jesús?

Jesús repitió lo que yo había hecho hace unos minutos y sé metió conmigo al jacuzzi. Me levanté a coger mi IPhone y lo conecté a los altavoces que habían. Busqué en mi música, ahí estaba. Romeo Santos, Propuesta Indecente. Puede que sea un poco vieja pero amo la bachata, y bailarla más aún. Estaba pensando cuando vi que Jesús sé levantaba y me tendía la mano preguntándome si bailaba con él. Madre mía. Como sé movía este niño, increíble. Hijo de mi vida, Eva te hizo con ganas. Definitivamente. Me susurró al oido:

-Y si te invito a una copa

Y yo repetí su gesto cantando la siguiente frase:

-Y me acerco a tu boca

-Si te robo un besito

Y cuando acabó de decir esta frase me besó. De imprevisto. Justo como esta mañana. Juro que me voy a hacer adicta. Me cago en todo como besa este niño por dios.

Y ahí estabamos, Jesús y yo basándonos, en la habitación de un barco mientras sonaba Romeo Santos.

La clave de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora