-Capítulo 37-

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Me despierto porque alguien me está dando besos por toda la cara, abro los ojos y veo a mi niño.

-Oviedo, debería matarte.

-¿Por qué?

-Son las 9:00 de la mañana. ¡Tendría que estar durmiendo!

-Calla y comete esto que te he traído el desayuno.

-Te como.

-A mi no bebé, comete el desayuno.

-Oviedo. Eres idiota.

Nos comimos entre los dos todo lo que había traído Jesús. Churros, gofres, crepes, bollería, tostadas, zumo, leche, café...de todo. Y luego bajamos a tomar el sol a la piscina, pero por desgracia estaba Adrián allí. Con..¿una chica?

-Jesús, ¿ves lo mismo que yo?

-Si estas viendo a Adrián comerle la boca a esa illa si.

-Anoche se la trajo al hotel. Escuche todos y cada uno de los gemidos y gritos que pegaba esa niña. ¡Me da igual si follan pero no quiero enterarme!

Jesús y yo nos reímos por lo que acababa de decir Calum.

-Enserio, necesito cambiarme de habitacion.-volvió a decir Calum-

-Vente conmigo illo.

Apareció Dani de la nada, al igual que Calum minutos antes.

-Vámonos antes de que nos vea.-dije-

-¡Hola chicos!¿La conocéis?

-No. Pero tampoco quiero, por cierto cariño-le dije a la tía- yo que tu me desinfectaba el coño. Y si vais a volver a follar hacerlo sin gritar ¿vale? A los demás no nos importa lo que hacéis en el dormitorio.

Y dicho esto nos fuimos los cuatro a mi habitación, nos apetecía jugar a la xbox.

La clave de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora