Que no me deja de mirar el tío, pero qué le pasa. Frente a mi tengo a Carlos contándome algo que ni siquiera estoy escuchando porque tengo la vista y la atención puesta unos metros más allá de él. Ojalá pudiese comunicarme por telepatía ahora mismo así a Flavio le llegaba el mensaje de o dejas de mirarme o te mato mientras duermes. Que no para, por dios. Media hora o así llevo ya con Carlos y de rato a rato siento el impulso de mirar en su dirección porque noto su mirada clavada en mi y tal cual, y ni siquiera la desvía en cuanto ve que se la devuelvo. Es que quiere guerra, vamos, no se por qué pero me está echando un pulso y a mí nadie me gana.
Justo en ese momento se me queda mirando fijamente mientras una chica se une a él y Gérard. Y esa quién es, a ver. La chica se coloca frente a el y por tanto a mi me da la espalda, y el otro idiota está ahí, asintiendo y sonriendo, como si le estuviese haciendo caso de verdad. Se va a enterar este de lo que vale un peine.
- La verdad es que estos meses han sido una locura... ¡Eh! ¿Pero a dónde...? – la voz de Carlos se difumina mientras, con paso firme y con toda la mala leche que soy capaz de expresar, me dirijo hasta el grupito que tan entretenido está. Flavio está atento a mi mientras avanzo hasta llegar a ellos y me sonríe, directamente, a mí, este chico acaba de firmar su sentencia de muerte y todavía no lo sabe.
En cuanto llego a su altura, la chica esta está contándoles algo que no tiene pinta de ser muy entretenido así que, lamentándolo mucho por ella, me planto justo delante suyo y enfrente del murciano.
- ¿A ti qué te pasa? – le reclamo, de frente, mientras Gérard se gira a mirarme sin entender qué hago y la muchacha esta seguro que está flipando también.
- ¿A mi? Nada. Estábamos teniendo una conversación, así que si eres tan amable... - se mueve para volver a quedar frente a la chica y pasa de mi cara – Sigue con lo que estabas contándonos.
Definitivamente Flavio no se ha tomado las pastillas para la locura hoy porque si no no entiendo que es lo que pretende. Vuelvo a moverme hasta obligarlo básicamente a que quede frente a mí.
- Pero ¿tú estás mal o qué? Que me dejes de mirar, que llevas un rato atravesándome a mi y a Carlos con la mirada. Se que somos interesantes pero córtate un poco que muy pendiente no estás a esta conversación tan importante si estás todo el rato atento a lo que hago o dejo de hacer.
- Claro, Samantha, no tengo nada mejor que hacer que mirarte, precisamente a ti, con toda la gente que hay aquí.
¿Precisamente a ti? La mueca de cabreo me sale ya automática. Qué cojones significa eso.
- A ver, a ver, que haya paz... - intenta mediar Gérard pero más le vale mantenerse alejado o esto le va a explotar a él.
- Se está rifando una hostia y tienes todas las papeletas, Flavio. Déjame tranquila – recalco enfatizando cada sílaba, a ver si así se entera.
- ¿Ah sí? A ver – y el tío, con toda su cara, se me pone chulo, cruzando los brazos en el pecho y da un paso en mi dirección. Está invadiendo mi espacio vital pero acaba de tirar la pelota a mi tejado y no voy a ser yo quien la deje caer.
- ¿Tantas ganas tienes de que te pegue? No sabía que te iba ese rollo. Seguro que aquí consigues a alguien que cumpla tus fantasías, gilipollas – todo esto lo suelto mientras le hundo el dedo en el pecho, cosa que sé que le molesta muchísimo.
- Hasta aquí – y se le termina de ir la olla por completo. Antes de que me de cuenta de cuáles son sus intenciones, se agacha y pasa sus brazos por detrás de mis rodillas y me levanta. – Luego hablamos – suelta a los espectadores de toda esta locura que se quedan sin hacer nada.
ESTÁS LEYENDO
Siempre tú
FanfictionSamantha y Flavio se vuelven a reencontrar después de más de medio año sin haber tenido contacto. Ella, dolida y orgullosa, ha construido una muralla a su alrededor que no va a ser tan fácil traspasar. Pero Flavio tiene un objetivo en la mente y no...