Capítulo 11: Cuatro punto siete

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Me quedé despierta hasta la una de la mañana por culpa de Hayden que insistió en seguir viendo unas cuatro películas más aparte de Aladdin

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Me quedé despierta hasta la una de la mañana por culpa de Hayden que insistió en seguir viendo unas cuatro películas más aparte de Aladdin. De hecho, para la última película, Big Hero 6, estaba quedando rendida y la película no se me hacía de lo más emocionante. En el momento de la escena, Hayden me mando un audio de dos minutos diciéndome lo triste que fue para él la muerte de Tadashi.

Novato, no sabe que el ochenta por cierto de las películas Disney llevan una muerte de un personaje. Para mí, eso no fue nada.

A la mañana siguiente, después de recoger mi cuarto por el desorden que dejé ayer, de bañarme, vestirme y alimentar a Sonic, bajo desayunando y rápidamente salgo para ir al auto de Libby que me esperaba frente a la casa. La saludo a la simple vista que la veo y abre la puerta de copiloto desde su lugar.

—Vaya amiga, esas ojeras son enormes.

Como no acostumbro a maquillarme no me veo al espejo sino a simple vista cuando cepillo mi cabello y eso en pocas ocasiones. Libby saca un polvo para la cara dándome en realidad el espejo y viendo a través de él, los grandes semicírculos morados que llevan debajo mis ojos. Soy una chica convertida en oso panda.

—Ponte un poco, no vendrá mal
—sugiere Libby arrancando el auto.

—¿Que esto no saca granos?
—preguntó señalándole el polvo compacto.

—No si sabes qué marcas usar y cómo cuidar tu piel —termina dándome un guiño para seguir manejando.

Llegando a la escuela, Libby sube los vidrios, poniéndole seguro a las puertas y juntas entramos a la escuela. Como la primera clase del día nos toca con Ethan y Hayden, los encontramos sentados en uno de los laterales del salón. Libby cae rendida a Ethan dándole un corto beso a su novio en la boca y pasa a sentarse a su lado izquierdo. Hayden da señal de que le asquea ver a su amigo besarse con su novia. ¿Que no estaba acostumbrado ya?

—Hayden, ¿pero qué veo ahí, ojeras?
—Libby turna su mirada a Hayden y después a mí.

—Sí, que no sea secreto, Riley y yo vimos un maratón de películas ayer
—agacho mi cabeza para evitar verme roja ante todos por la pena.

—¿Y no te dormiste? —se sorprende Ethan que al ver la respuesta aprobatoria de su amigo, lo palmea en la espalda como felicitación.

—¿Creen que les vaya bien en el examen de el día pasado? —pregunto a los tres acomodándome en mi lugar para cambiar de tema.

—Vamos Riley, relájate —pasa Hayden sus brazos por detrás de su cuello—, parece que sólo piensas en la escuela.

—Hermano, yo que tú no me relajaba tanto, recuerda que es la segunda calificación y de ella dependes —sincera Ethan como buen amigo.

—Lo tengo ganado —sacude sus manos entre sí como si tuviera polvo o harina en ellas—. Le traje un ramo de girasoles a la maestra dos días antes de la prueba. Quizás haya pensado que este chico guapo merece algo más que un simple cinco cerrado en rojo.

Riley, ¿me prestas tu cargador? (VERSIÓN LARGA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora